En solo un par de semanas nuestro país ha vivido un inédito proceso eleccionario, no solo por el tipo de convocatoria que hemos tenido, eligiendo a constituyentes con paridad de género y a representantes de los pueblos originarios, también por primera vez en nuestra historia republicana se eligieron por voto ciudadano a los gobernadores regionales, para completar el panorama estas votaciones incluyeron la elección alcaldes y concejales, estos últimos se eligen democráticamente desde el año 1992.
Otro elemento a destacar es la forma en que se llevó adelante el proceso, sin mayores problemas, solo los normales en una elección múltiple y con carácter nacional. Resulta muy conveniente destacar la ausencia absoluta de conflictos, no solo por las restricciones en tiempos de pandemia, sino porque ha sido la tónica de nuestra democracia en las ultimas décadas.
Ya no sorprende que los resultados se conozcan con tanta celeridad y que sean incuestionables por todos los sectores políticos. Nadie duda que las elecciones son ejemplares en Chile, y en el mundo la prensa internacional se hace eco de esta realidad y destaca este hecho, considerando sobre todo los tiempos que vivimos.
En lo que va de año en parte importante del mundo se han dado procesos eleccionarios muy cuestionados, con razón o sin razón, como el de Estados Unidos de Norteamérica, la democracia representativa más antigua del mundo, donde una de las partes durante semanas no reconocía su derrota o como aconteció en México con más de 40 candidatos asesinados, periodistas perseguidos y también muchos muertos, con resultados dudosos e impugnados. Ecuador y Perú son otros ejemplos de igual envergadura, que se unen al más reciente, Nicaragua donde el casi perpetuo presidente Ortega y señora ordenan arbitrariamente detener e enjuiciar de forma express a toda posible candidatura que rivalice con la familia presidencial dominante. Por ultimo, que decir de Rusia donde los rivales políticos son encarcelados o últimamente envenenados o bien detenidos en aviones desviados con argucias indefendibles. Sin duda nuestros proceso dista mucho de los ejemplos dados.
Además este proceso Chileno se produce en un tiempo en que para muchos se sostiene que nuestra democracia está agotada, cuestionada y que requiere profundos cambios. También están los sectores, que si bien visualizan los problemas , que estos no son del caracter dramático que dan otros . Sabemos que por definición la democracia es forjadora de libertades y ante ella no existe un modelo alternativo, que considere elementos tan importantes e insustituibles como la libertad en sus expresiones mas amplias. Pensar en algo distinto, es regresar a momentos dramáticos en nuestra historia. Chile mayoritariamente siempre se ha manifestado por la democracia y la libertad. Los sucedáneos no tienen espacio en nuestra realidad por mas dura que esta sea.
Estos tiempos de crispación, de polarización, de tensiones y controversias requieren liderazgos que posibiliten aproximar posiciones , lograr los entendimientos necesarios y también lo mas cuerdos. Solo con más democracia se supera la institucionalidad cuestionada y que hoy pareciera tan frágil.
Por lo anteriormente planteado, soy de los que piensa que el problema de nuestro país no es la democracia en si, si no la forma como actuamos con ella .
Revisando una de las mediciones de mayor credibilidad en el mundo respecto al rango de la democracia por país , Chile ocupa el lugar 23 entre 167 naciones, donde el primer lugar con mas democracia lo ocupa Noruega y el último con la inexistencia de libertades , Corea del Norte. Se miden mas de 60 variables, pero donde reprobamos y con holgura, la cual esta mas que probada es la que dice relación con la participación política. En este apartado estamos a la altura de países como Senegal, Honduras, Zambia , Nigeria , Guatemala y varios mas.
Por lo mismo, si no corregimos la participación ciudadana e incorporamos a quienes se han restad, como a los excluidos del modelo, los rezagados, los indignados y un todo cuanto hay y que en el ultimo proceso electoral múltiple se llegó con dificultad a que solo votaran 4 de cada 10 ciudadanos. Nuestra democracia debe buscar el camino para ilusionar a esos 6 de cada 10 que se quedan en casa. Hay que consensuar y socializar nuestras prioridades, adecuarlas a los tiempos y jerarquizarlas. Probablemente también está en quienes son elegidos, que no ven ni entienden que los problemas de la gente no se arreglan con ofertones o cuencos de piedras de colores. Hay que elegir a quienes viven y se ponen a nuestro mismo nivel , entendiendo que la educación, la salud, las pensiones, la vivienda son primordiales y no un campo para la especulación y el mercado, sino para ser mas felices .