Llevamos más de un año y medio, de lo que todos/as conocemos como el “estallido social”, aunque algunos/as prefieran llamarlo “despertar social”, pues aseguran que aquí no estalló nada. Pero más allá del nombre con el cual lo llamemos, todos/as entendemos que fue un momento histórico trascendental en nuestro país, pues marcó un antes y un después en lo que a política se refiere.
Sobre este tema, se han realizado muchos análisis de especialistas en la materia, sociólogos/as, politólogos/as, periodistas, columnistas, profesores/as, etc, y todos/as ellos/as coinciden que la sociedad chilena, el pueblo en su conjunto necesita cambios cuantitativos y cualitativos en relación a los paradigmas que rigen a los partidos políticos, por tratarse de la representación más afectada en todas las observaciones y con la que los/as ciudadanos/as han perdido el vínculo de representatividad, que es lo que les da legitimidad.
Sin embargo, cada vez que se vislumbra un ápice de cambio por parte de conglomerados políticos, como por ejemplo, Chile Vamos, que a través de sus discursos televisivos, rasgan vestiduras y proclaman grandes cambios socialdemócratas, sobre todo en su mayor representante a Presidente Joaquín Lavin, luego vemos cómo con sus acciones, en elecciones internas de Renovación Nacional, que este sábado 19 de junio eligieron a su directiva, dejan de lado a Mario Desbordes, quien había dado claras señales de querer una actualización en su partido, acorde a las demandas de la ciudadanía y eligen a Francisco Chahuán, que a todas luces es más de los mismo.
Por lo que, sería bueno recordarles a toda esta clase política chilena que la ley de partidos políticos establece las causales de disolución de los partidos políticos. En el artículo 42, inciso 2 señala, específicamente: que un partido político será disuelto si no obtiene al menos el 5% de los votos válidamente emitidos en la última elección o al menos 4 parlamentarios en al menos dos regiones distintas.
Para ser más claritos o se renuevan y cambian o la ley los desaparece… por lo que a cruzar los dedos para las elecciones de noviembre, pues los partidos políticos que más peligran son: la Democracia Cristiana (DC), Partido Radical (PR) y Partido por la Democracia (PPD.