Poco dejó la gestión de Pablo Martínez Viertel como gerente de Enap Magallanes. La comunidad casi ni se enteró que estuvo en la región, se le vio poco y nada en medios de comunicación, y lo único que se podría decir es que ayudó profundamente a seguir manteniendo la desvinculación entre la empresa y la ciudadanía. Esa identidad histórica que las gerencias de Enap en la zona han ido haciendo desaparecer de forma dramática, casi como algo planificado. Ni hablar de las comunicaciones de la compañía que cada vez son peores, todo centralizado desde Santiago, con cero interés en darse a conocer a nivel local. Sencillamente, de una triste pobreza profesional, y con cero conexión con Magallanes. Así las cosas, el ingeniero civil fue removido de su cargo durante las últimas horas, lo que trascendió y poco después confirmó la empresa desde el nivel central.
“La política de nuestra empresa es no comentar ese tipo de situaciones por respeto a la vida privada de las personas”, fue la escueta comunicación emanada desde la compañía, ratificando el alejamiento del alto ejecutivo. Algo que tiene directa relación con el interés público, pero que si no fuera por los medios de comunicación, la empresa habría tratado de pasar inadvertida con esta decisión. Otro ejemplo del pobre profesionalismo comunicacional que han demostrado en los últimos años.
La salida de Martínez se produce justo en un momento donde la situación con los Ceop de GeoPark y FDC ha llegado a instancias parlamentarias, con la comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputados solicitando a la autoridad de la Enap buscar una salida al conflicto generado por los acuerdos no alcanzados y que están teniendo un efecto importante en materia económica y social para la región.