Síntesis de las últimas elecciones municipales en Magallanes [Por Víctor Hernández Godoy]

10 de noviembre de 2024

No importó que los adoquines ubicados en torno al monumento de Hernando de Magallanes en la plaza Muñoz Gamero se resquebrajaran por completo. No importó que la calle Bories, principal arteria de Punta Arenas, continúe en un lamentable estado de abandono pese a todos los intentos que se han hecho para lograr su recuperación. No importó que decenas de caballos sigan transitando libremente por la ciudad. No importó que la anunciada inauguración del Centro Cultural Comunitario del Barrio 18 de septiembre no se pudiera efectuar y que los trabajos quedaran inconclusos por escasez de materiales, cuando restaba menos del 10% para la culminación de la obra gruesa.

Claudio Radonich fue reelegido para un tercer período como alcalde de Punta Arenas por una abrumadora mayoría (63%). Con una campaña basada en cinco ejes fundamentales, +salud, +seguridad, +infraestructura, +social y +medio ambiente y el slogan, el alcalde de todos 100% probidad, pareció interpretar el sentir de la mayoría de los puntarenenses. Y a decir de los resultados finales, todo apunta a que Radonich puede hacerlo bien o mal, pero nadie hablaría de corrupción en su administración. ¿Es ese el verdadero secreto de su triunfo? Pensamos que no, que una gran responsabilidad en la derrota de la izquierda, estriba precisamente en la propia izquierda, en sus propuestas carentes de novedad. Mientras muchos candidatos recurrían al manido recurso del puerta a puerta para ser conocidos por la ciudadanía, otros, empleando exclusivamente las RRSS, alcanzaron los cupos, como aconteció con una concejala del partido Republicano en Punta Arenas.

Claudio Radonich Jiménez el gran vencedor de la jornada del 27 de octubre.

A su vez, la propagación en Magallanes de las ideas más conservadoras, -endurecimiento de las políticas de seguridad, restricciones a la inmigración, entre otras-,  si bien responde a una tendencia global y es un sentimiento que anhela buena parte de la población, independiente de la posición política o ideológica, es, por una parte, la creencia generalizada de que la derecha tiene mayor capacidad para terminar o reducir a estos flagelos. Por decirlo de una manera, las medidas represivas se hallan en el alma, en el ADN de la derecha. Basta con mirar el avance electoral que ha tenido en la región el partido Republicano en los últimos siete años que coincide con las mayores demandas de la ciudadanía en seguridad y reducción de la delincuencia.

Mucha gente común olvida o ignora, que los países totalitarios de la izquierda –los llamados socialismos reales con la ex Unión Soviética a la cabeza-, fueron los más duros para combatir algunas lacras sociales como el narcotráfico, la trata de personas, la delincuencia. A veces se omite a propósito, creemos, que todavía en países donde gobierna el comunismo, como la República Popular China por ejemplo, se aplican leyes durísimas, incluyendo la pena de muerte, para sancionar la corrupción administrativa y otra serie de delitos. En contraste, en América Latina y en Chile en particular, se muestran a los impulsores del progresismo, socialismo democrático y los frenteamplistas, como incapaces de poner mano dura a la criminalidad, el narcotráfico y la inmigración ilegal.

Sin embargo, observamos un problema político mayor. Pareciera que gran parte de la ciudadanía descreyera en las ideas y en los métodos tradicionales de la izquierda para enfrentar las demandas sociales: la incidencia del Estado en el desarrollo de la salud y la educación pública; en el acceso a vivienda y servicios básicos; en el fortalecimiento de la actividad sindical, en la búsqueda de mejores pensiones para los trabajadores más vulnerables. Pareciera como si todo lo que involucrara la participación del Estado fuera algo añejo, repetido, fracasado. Se prefieren métodos que prioricen la libertad individual, la libre empresa, dejar hacer a los ciudadanos. En este sentido, la derecha ha creado un discurso devastador. Cualquier medida que signifique ampliar las atribuciones del Estado en la vida de las personas, se considera estatismo, la excusa para implantar un sistema de gobierno al estilo de Cuba, Venezuela o Bolivia.

Por otro lado, así como se critica habitualmente el doble estándar de muchos personeros de la derecha en temas valóricos, vemos con preocupación la inconsecuencia de militantes o simpatizantes de partidos o movimientos de la izquierda que se encuentran completamente aburguesados con el poder y la sociedad de libre mercado a la que tanto critican. El modelo económico neoliberal les ha dado dinero, propiedades, la oportunidad de viajar al extranjero. En resumen, hablan de la teoría socialista, pero en la práctica actúan o viven como ricos y la gente los ha castigado en las urnas.

¿Cómo explicar lo ocurrido en Puerto Natales, por mucho tiempo bastión de la izquierda en Magallanes? No hay duda que los trece años de Fernando Paredes al frente del municipio dejaron una huella muy difícil de borrar. Como si en Natales, hubiera un antes y un después de Paredes y los electores, prefirieran autoridades que hacen obras, independiente de los errores y de la corrupción. La altísima votación conseguida por Ana Mayorga, revela que fueron los electores de Paredes los que determinaron su triunfo en los comicios del 27 de octubre.

José Gabriel Parada, alcalde reelecto para un segundo periodo por Porvenir.

En Tierra del Fuego se observa una situación diferente. En Porvenir, se consolida el liderazgo del independiente apoyado por el radicalismo, José Gabriel Parada; mientras que, en Puerto Williams se acrecienta la figura del demócrata cristiano Jaime Patricio Fernández quien ejerce la alcaldía en la austral localidad desde 2016.

Patricio Fernández, alcalde reelecto para asumir su tercer y último periodo por la comuna de Cabo de Hornos.

En las comunas rurales fueron reelegidos Jeannette Andrade Ruiz (DC) en San Gregorio y Fernando Ojeda González (PS) en Laguna Blanca. La independiente de derecha Anahí Cárdenas Rodríguez logró una amplia victoria en Torres del Paine, como ocurrió con Luis Barría Andrade, independiente apoyado por la UDI en Timaukel y de Karina Fernández Marín, independiente por (RN) en la comuna de Primavera. A ellos se suma el retorno a la municipalidad de Río Verde de la incombustible Tatiana Vásquez Barrientos.

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, historiador, columnista, escritor.