Tristemente… ¡Siempre lo mismo! [Por Luis Legaza Soto]

7 de marzo de 2025

Después de un largo silencio autoimpuesto, (¡qué bueno, dirán algunos!), retomo este espacio para plantear un punto de vista acerca de lo que vivo, de lo que vivimos, de lo que siento y sentimos muchos. Revisando el acontecer me preguntaba: ¿cuál ha sido el año en que la educación no esté en crisis? y ahora -ya jubilado, sí jubilé-, tuve que detener la escritura un rato para intentar buscar ese momento…¿Adivinen?, obvio, me costó buscar en la memoria ese momento…

Recordaba, por ejemplo, que muchísimos años atrás (muchísimos), hubo un ministro que planteaba ante una situación que a los alumnos se les podía “colocar una nota por conducta”, sí, tal como lee, en conducta, ignorando (otra vez obviamente), que eso ya no se hacía en educación para que comprenda el nivel de autoridad que hemos tenido y tenemos. Revisé cuál o cuáles han sido los ministros que dejaran un legado positivo para la educación en Chile y, obviamente de nuevo, no se me ocurrió ningún nombre salvo la Ley de Estatuto Docente implementada por el inefable Lagos…

Traté de recordar cuál seremi regional de educación intentó cambiar, mejorar o definitivamente plantear un viraje en la educación regional, pero con más buenas intenciones y discursos de siempre, hicieron lo que hacen todos, o sea, administrar, sólo administrar porque de gestión nada…Y esto sucede porque, como en todos los gobiernos (en todos), se reparten los cargos pensando en dejar contentos a los partidos de tal o cual conglomerado y el mérito, capacidad, trayectoria y competencia son cosas que a nadie le importa…¿Triste, no cierto?, pero no por triste deja de ser real.

Así las cosas (como en cualquier ministerio y sus sucursales regionales), tenemos que soportar autoridades que francamente dan pena…La situación actual en nuestra educación y la consecuencia del paro de los colegas, lleva (por favor, lea bien), más de un año de conversaciones, un año… ¿Qué clase de autoridades tenemos que soportar que durante un año, un año (reitero para que sopese la situación), no hayan logrado nada?…

Imagino (así debiese ser en una sociedad sana), si usted, yo, cualquiera, en un año no logra nada en términos de gestión lo echarían cantando y para tu casa por ineficiente e incapaz de solucionar problemas o llegar a acuerdos, pero aquí no, acá ¡démosle no más! y el blindaje para los inoperantes resulta ya un escándalo…Voy a insistir en este punto y por favor piénselo: ¿en qué tipo de trabajo tolerarían tal incapacidad?, sólo acá porque al “compañero, compañera o compañere” hay que apoyarlo en su gestión ya que está “habitando un cargo” (así hablan ahora, “habitar los cargos”)…

Pues bien, si yo fuera dueño de la vivienda que “habitan” les lanzaría una patada en alguna parte y le quitaría “la habitación”, pero acá no, acá siguen como eternos inquilinos y se asemejan más a la situación planteada por el genial Julio Cortázar en su tremendo cuento “Casa tomada”…En tanto, aparecen en la palestra los perjudicados de siempre, es decir, el sistema educativo completo, los colegas profesores y los olvidados de siempre: los alumnos y sus familias.  Y ¿por qué?, porque después de un año, repito, un año, nuestras geniales autoridades que “habitan los espacios”, han dado una verdadera clase magistral acerca de lo que no hay que hacer…¿Calidad de la educación?, no sé si existe tanta calidad  en un sistema educativo chileno en donde se dan extrañezas como las que siguen:

  1. Un niñito egresado de educación parvularia, si no sale leyendo, es un problema, un bebé casi.
  2. En primer año de educación básica, ese niñito, por medio de la asignatura ligada al lenguaje, tiene que desarrollar 6 destrezas, seis, una tontera por donde se lo mire, y si no logra, es un problema y vamos implementando equipos de apoyo para que ese bebé logre lo que nuestros genios del Ministerio de Educación estipulan.
  3. En Enseñanza Media un alumno tiene que demostrar sus capacidades en Lenguaje, Matemática, Biología, Física, Química, Historia, Inglés además de sus respectivos electivos y tener unas “horitas” para lo realmente importante: artes, música, vida deportiva.
  4. Con la jornada escolar completa (que no fue pensada así), si a un alumno no le gustaba Lenguaje, le mandaron tres horas más, ¿tienes problemas en Matemática?, tres horas más y si no rindes, eres un problema…
  5. Los resultados de toda prueba que mide habilidades y conocimientos son paupérrimas, implementemos “adecuaciones curriculares”, pero el alumno en Chile tiene que ser bueno para todo.
  6. Nos han querido imponer experiencias españolas, japonesas, francesas, nos hablan de Nueva Zelandia y ahora Dinamarca y mañana será otra y vamos cada cierto tiempo experimentado con estos conejillos de india que son los profesores y alumnos.
  7. Los que elaboran los planes y programas de estudio y lo que se debe implementar en el aula, no hacen clases hace años, no han pisado un colegio por décadas, pero son nuestras autoridades y los nenes siguen “habitando” los cargos en la mayoría de los casos con escaso mérito, pero son “compañeros, compañeras o compañeres”…

Podría seguir, pero me imagino que usted entiende el punto.  Nuestros representantes políticos hacen verdaderas gárgaras con la “importancia de la educación pública (¿cuántas de nuestras autoridades tendrán a sus hijos en la educación  pública?) y reconocen la abnegada profesión docente”, pero si te he visto no me acuerdo y con tibias, casi frías intervenciones, nos dicen que “han oficiado a las autoridades” para que se solucione el problema, pero no pasa nada, nada de nada…

Y no va a pasar nada porque las “mesas de trabajo” es un cuento chino y como Milei en Argentina, dijeron: “no hay plata” . Lo peor es que saben que la ciudadanía se volcaría contra el magisterio por el paro, pero los verdaderos responsables no son los colegas, sino estos inoperantes que mintieron sin decoro con lo de mejorar la educación, y acá estamos, tristemente siempre en lo mismo.

Un gran saludo para los colegas.

Para todos, como siempre, un abrazo.

P.D: menos para los que “habitan cargos” sin tener dedos para el piano.

Escrito por: Luis Legaza Soto, Profesor (jubilado).