A priori podría sentenciarse: “Val” es un documental sobre una estrella de cine caída en desgracia y, por su tono autorreferencial, cansino, un producto anti Hollywood. O algo así.
Val es una bio que parece el lado B de Hollywood, pero al mismo tiempo es Hollywood en estado puro. Para quienes aman las películas, sobre todo las norteamericanas que salen de aquella gran fábrica de los sueños, este trabajo que narra la vida de Val Kilmer, resultará una delicia. Un premio inesperado. Un gol. Y, porqué no, un abrazo.
Dirigida por Ting Poo y Leo Scott, el film puede verse en Amazon Prime Video. Si este sábado no tienen nada mejor que hacer, pues, “Val” es una gran compañía.
Kilmer repasa su carrera y su carrera es su existencia en sí misma. Lo hace en el momento más complejo de su historia. El actor sobrevivió a un cáncer de garganta aunque perdió la voz. En su caso no es un dato menor, porque Kilmer siempre se apoyó en una aterciopelada textura sonora.
Para expresarse debe apelar a un instrumento ceñido a tu traquea.
Del susurro atrapante no queda nada.
Desde este brutal limitación, Kilmer hace cuentas con su biografía. Para ello apela a su inmenso archivo fílmico que contiene miles de horas de grabación. Un bestial “making off” de su existencia.
Val ha sido y es un actor estrella que supo deslumbrar y también un intérprete camaleónico, inteligente, de a ratos genial.
Hizo “Top Gun” y “The Doors” y “Top Secret”, claro, sin embargo, no nos olvidemos de “Heat”, junto a Robert de Niro y de “Spartan” la estupenda y oscura película de acción de David Mammet, donde encarna a un comando de la CIA.
Entendido de esta forma, Kilmer es la síntesis de la gran y mejor historia del Hollywood de los últimos 30 o 40 años.
Herido en batalla, cansado, doblado, Kilmer se mantiene en pie y nos brinda una nueva obra maestra que nos conmueve e inspira.
Su hijo Jack es la voz en off y también él posee el toque mágico saliendo de sus labios. Una dulce ironía del destino.