La muerte del ex Presidente Sebastián Piñera abre variadas incógnitas respecto de cómo será capaz la clase política de mirar con otros ojos la realidad del país, y el pésimo ambiente que ellos mismos han ido creando en los últimos años. Porque son ellos y ellas, políticos, militantes, autoridades, extremistas, de un lado y del otro, los que han demostrado infantilismo profundo y una manera muy poco inteligente de representar a las personas.
Los discursos grandilocuentes, a los que nos han acostumbrado lamentablemente a nivel local y nacional, tienen una especie de sabor a cuento del padre Gatica, acusando a medio mundo de ser sinvergüenzas y ladrones, pero no contando las historias propias donde algunos han perdido hasta la pega…
Con semi líderes enviando a otros a decir lo que ellos no se atreven, demostrando la misma insana cobardía del que supuestamente tiene poder, pero lo intenta ejercer desde las sombras. Son, por ejemplo, ese tipo de actos los que han ido ensuciando a la política, y la han humillado de tal forma frente a la ciudadanía que esta última también le ha perdido la confianza y el respeto.
La falta de buenos dirigentes políticos queda al descubierto día a día a nivel regional. Los buenos y los talentosos cada vez prefieren estar más alejados de las cúpulas partidarias donde la ceguera y el egoísmo han galopado libremente. Si ven a alguien superior al frente, harán todo lo posible por mancharlo y atacarlo. Lo más parecido al perro del hortelano.
Tras el fallecimiento de Piñera ya le buscan reemplazante, pero esas cosas no las deciden los partidos, ni menos los medios. Son las personas de manera individual las que se van ganando esos espacios. Lo que quiera la jefa de redacción, el editor, o el propietario del medio de comunicación da lo mismo si se quiere hacer a la fuerza. O si simplemente los talentos y características no son compatibles con sus deseos, o negocios.
Por lo mismo, por la falta de generosidad, o por avanzar con gustos personales, es que se reavivan fantasmas, o personajes añejos para traerlos nuevamente al presente. E incluso esos mismos, pueden hasta creer de verdad que podrán volver en gloria y majestad. Sin entender que los trenes pasan, y que las oportunidades si no se aprovechan es complejo que vuelvan a aparecer. Menos aún si dejaste pasar el tiempo como buscando el olvido, o si el tiempo terminó por pasar encima tuyo.
Veremos en las próximas semanas, un análisis más en frío y en serio, de lo que fue y significó la figura de Piñera en la historia de Chile. Y serán los historiadores, de un lado y del otro (como en todo), los que darán sus visiones profundas, y esperamos sinceras.
Pero también veremos si es que el pequeño grupo de políticos locales y nacionales, aprendieron algo en los últimos días. Si se arrepentirán de las fotos a las afueras del funeral de Sebastián Piñera, o si algunos pos nuestras tierras seguirán diciendo que todos son malos y corruptos menos él, o si en verdad las coaliciones entenderán que los acuerdos son más provechosos e inteligentes que las disputas internas… Y así se nos pase la vida otra vez, viendo como son más los que no sirven quienes siguen al mando de la toma de decisiones.
Sí, también es culpa nuestra… Ojalá aprendamos todos.