Como si lo ocurrido en octubre del 2019 fuera una mala pesadilla, un sueño intranquilo al estilo Gregorio Samsa en “La metamorfosis” o algo meramente anecdótico, los partidos políticos (verdadera oligarquía a estas alturas), se desentendieron, miraron para el lado, y como ya es costumbre (pésima por lo demás), arrojaron las culpas a los otros, se culparon entre ellos y nadie asumió cuál era la cuota de responsabilidad en el malestar que la ciudadanía gritaba en las calles del país.
Cuando se decía que “no eran 30 pesos sino 30 años”, estos pillines se hicieron los lesos, creyeron que los culpables estaban en la otra vereda, nadie se miró a sí mismo y, si hubo atisbos de ello, fueron mínimas expresiones…Se escondieron por un tiempo, no salían a las calles, guardaron sus banderas y estandartes, no los vimos en las calles gritando sus consignas partidistas y (como ya es costumbre), imitando al avestruz, (ingenuamente por lo demás), hundieron sus cabezas en tierra pensando que nadie los veía, pero dejando a la vista de todos sus partes pudendas…
Y, como si lo ocurrido en octubre fuera nada, esperaron que las cosas se calmaran y arremetieron de nuevo y ahí los tenemos, los mismos de siempre, los mismos de 20, 30, 40 años están otra vez en las listas, ni hablar de legislar para que los independientes compitiéramos en iguales condiciones, cero, nada, no hubo quórum (no les importó) y que, velando como siempre por sus intereses, cerraron otra vez la puerta para que terminemos con el desfile de “los de siempre”.
Como siempre, como en cada elección, las negociaciones iban y venían (igual que los cuchillazos y patadas bajo la mesa) y en Chile (léase Santiago), las “cocinas” estaban a full, las movidas, las zancadillas llovían en cada sede partidista y (como siempre), las directivas locales pesaban menos que un paquete de palomitas y las decisiones regionales y sus presidentes tenían que comerse lo que les dictaminaban desde el centro…
Curioso que los presidentes locales intentaran justificar lo injustificable y patético que en la ciudad de la candidata Provoste un grupo mínimo, minúsculo gritara la consabida cancioncita “se siente, se siente, Yasna Presidente” celebrando que 160 mil personas hayan respondido al llamado de una primaria que fue un fracaso por donde se le mire…Podrán justificar lo que quieran, pero si alguien no responde un llamado, una interpelación, solo existen dos opciones: primero, que no te escuchen; segundo -y esto es lo peor-, que habiéndote escuchado “no te pesquen”, así funciona un esquema básico de comunicación…
Desoyendo todo, pero absolutamente todo el clamor de un país y considerando lo que sucedió en el plebiscito que demostró la llegada de los independientes, tenemos una oferta de candidatos que fueron parte del problema social vivido en Chile y pocos, muy pocos, parte de la solución…No me digan ahora que “van a abrir La Moneda al Chile real” cuando se hicieron los soberanos lesos a los problemas, urgencias y necesidades de la gente, no me vengan ahora con las soluciones en el país cuando hemos sido testigos que al momento de legislar o dirigir el país poco y nada les interesó el “Chile real”, ése que estaba sufriendo, ese Chile en el que aumentaban los campamentos, ese Chile que sigue ofreciendo pensiones de mierda, ese Chile en el que ustedes se repartían la torta, el premio de haber ganado una elección y perpetuaron a los mismos de siempre, a personeros y representantes que llevan más de 40 años viviendo a expensas del estado, ese Chile de colusiones sin castigo, de financiamiento irregular de la política, ese Chile que saca al Fiscal Nacional y en el que Impuestos Internos no “persevera” para condenar a quienes recibieron dineros “irregulares”, el Chile que -cuando el olor a estiércol era insoportable-, cerraron filas y aquí no ha pasado nada…no me vengan ahora con el cuentito de que ahora sí se van a preocupar del Chile real, no les creo, no les voy a creer y lamento haberles creído en su momento…
Así las cosas, los partidos volvieron en gloria y majestad pasándose por cierta parte las evidencias de que ya no confiamos en ustedes e insisten en velar por sí mismos olvidándose del “Chile real” que ahora pregonan…Cuidémonos del Covid, seamos responsables y no nos relajemos, pero sobre todo cuidémonos de estos bichos que vuelven como amenaza viral y han destruido las esperanzas de todo un pueblo.