Este martes 14 de mayo se cumplirán 40 años de la muerte de este oficial del partido nazi alemán, que como sabemos, vivió alrededor de dos décadas en Magallanes.
Por medio de distintas investigaciones periodísticas que se han realizado tanto en Chile como en el extranjero, sabemos que Walter Rauff ingresó a la Marina de Guerra de Alemania en 1924. Un poco antes que se iniciara la Segunda Guerra Mundial entró a formar parte de un escuadrón de inteligencia de las SS. En el transcurso de la contienda bélica sirvió en diversos lugares de Europa y de África. En 1945 fue tomado prisionero por los Aliados y confinado a un campo de concentración en Rímini, en Italia.
La mayoría de los documentos que se conocen hasta el momento, coinciden en señalar, que Rauff recibió importante ayuda desde la Iglesia Católica y de organizaciones como la Cruz Roja y Caritas, cuyos contactos le permitieron escapar hacia Sudamérica en 1949. En la Argentina estuvo hasta 1954. Después permaneció en Quito, Ecuador, hasta que, en octubre de 1958 se produce su arribo a Punta Arenas.
–Famosa foto del 8 de agosto de 1974 donde se observa al general Leigh rodeade de administrativos y trabajadores en una industria conservera. En el extremo izquierdo, de anteojos se ve a Walter Rauff.
En el libro de Pedro Cid, “Nazis y Nacis de Magallanes” se hace referencia a varios autores que se han preocupado de analizar esta etapa de la vida de Rauff, en el período en que se llevaba a efecto la extradición de Adolf Eichmann desde Buenos Aires a Israel para ser enjuiciado por genocidio. Al respecto, la historiadora María Soledad de la Cerda describe en su libro “Chile y los hombres del Tercer Reich” (2001) cómo era la apacible rutina de Rauff en nuestra ciudad:
“En Punta Arenas Rauff era una figura conocida. Un elegante caballero extranjero que frecuentaba el Club de la Unión Austral y era miembro honorario del centro de ex cadetes y oficiales de la Armada ‘Caleuche´. Ostentaba habitualmente en su solapa la insignia de ese organismo”.
Precisamente en los instantes en que disfrutaba de su posición social y del trabajo que desempeñaba como gerente de importaciones, se produjo su detención en el domicilio que ocupaba en los altos del ex cine Gran Palace, el 4 de diciembre de 1962. En una orden emitida en Alemania, se le acusaba de la muerte de miles de personas.
-La Prensa Austral y El Magallanes se refieren a la detención de Rauff en diciembre de 1962.
Durante varios días, el diario La Prensa Austral y el vespertino El Magallanes dedicaron titulares y notas a la captura de Rauff que revelaban la gravedad de los hechos que se le imputaban, ante una comunidad que parecía no comprender lo que sucedía. Por ejemplo, en primera plana de El Magallanes, del 6 de diciembre se leía: “Walter Rauff habría inventado las cámaras de gases móviles”, con una bajada que decía: “Judas en Alemania: Por supuesto todavía no sabemos si el hombre arrestado en Chile es el que buscamos”, mientras La Prensa Austral titulaba el día 7: “Walter Rauff es acusado de haber dado muerte a 90 mil judíos durante la última guerra mundial”.
Al parecer, Rauff, -quien nunca ocultó su pasado nazi-, trabajaba también para el servicio de inteligencia de la entonces Alemania Federal (BND), recopilando antecedentes sobre la realidad de los países latinoamericanos, fundamentalmente de Cuba y de su líder, Fidel Castro. De acuerdo a la investigación efectuada por el profesor Cid, fue este organismo el que advirtió a Rauff de su inminente captura en Chile, aunque la legislación existente indicaba que los delitos por los cuales se le acusaba, genocidio y homicidio calificado, el primero no estaba tipificado en el código penal y el segundo prescribía luego de quince años, argumento que bastaba para dejarlo en libertad, como ocurrió en el verano de 1963, cuando la Corte Suprema procedió a rechazar el pedido de extradición.
A continuación, Rauff se trasladó a Porvenir donde vivió cerca de diez años. Aquí se hizo cargo de la planta pesquera “Pirata”, especializada en centolla y productos del mar, donde llegaron a trabajar cien personas, 40 hombres y 60 mujeres. La gente que lo conoció solía describirlo como un buen vecino, de regular estatura, ojos azules, que vestía siempre de verde, acompañado de su inseparable perro pastor alemán y de una botella de whisky. En esta ciudad, Rauff concedió una entrevista exclusiva al periodista Jorge Babarovic la cual fue publicada el 12 de noviembre de 1964 por la revista Ercilla y que tuvo impacto mundial.
Más tarde, en pleno gobierno de la Unidad Popular se produjo el requerimiento formal del llamado cazador de nazis, el israelita Simon Wiesenthal al presidente Salvador Allende para expulsar del país al ex militar alemán. El primer mandatario se negó a otorgar la extradición, esgrimiendo el principio constitucional de la separación de los poderes del Estado; es decir, el poder ejecutivo no podía inmiscuirse en decisiones del poder judicial, de modo que Rauff siguió viviendo tranquilamente en Magallanes.
No iba a transcurrir mucho tiempo para que se tuvieran nuevas noticias del ex integrante de las SS. El 8 de agosto de 1974 el diario La Prensa Austral publicaba un extenso reportaje a propósito de la visita del integrante de la Junta Militar de Gobierno, el general del aire Gustavo Leigh Guzmán a Punta Arenas para inspeccionar la producción industrial de algunas empresas regionales. El texto iba acompañado de una fotografía en donde se ve al aviador junto a personal de una planta conservera ubicada en el sector de Tres Puentes. En el extremo izquierdo se divisa la imagen del inefable Walter Rauff.