La salida de la salmonicultura en Magallanes podría ocasionar un grave y profundo retroceso en el desarrollo sostenido de la región. Los números hablan por sí solos.

El promedio de los salarios de la industria ronda los 900 mil pesos, unos 1100 dólares, según datos del sector publicados en internet y consultas hechas a empresas y trabajadores por este medio.

Multiplicado por alrededor de 4000 trabajadores que operan de modo directo, la masa salarial asciende a USD 4,4 millones mensuales, lo que representa unos 3.583.052.000 millones de pesos.

Otras 4000 personas trabajan de modo indirecto en la industria a través de empresas de servicios. Estimaciones similares de mercado indican que el sueldo promedio este caso ronda los 700 mil pesos mensuales, unos USD 860, cerca de USD 3,5 millones mensuales o 2.850.155.000 millones de pesos aproximadamente.

En términos anuales significa que casi USD 100 millones o 81.433.000.000 de pesos son derramados en Magallanes por los trabajadores en pago de arriendos, consumo de alimentos, ropa, servicios, compra de vehículos, esparcimientos y una larga lista de gastos.

Estos 81.000 millones de pesos literalmente se esfumarían en el aire si la industria deja de operar en la región y toma nuevos rumbos.

Mejor no hablar de ciertas cosas

Las ONGs que pretenden expulsarla de Magallanes, entre otros actores políticos y empresariales, no han dado respuesta a cómo reemplazaría la región esta pujante actividad.

En verdad, en la última y reciente visita de Greenpeace a la zona, la tripulación se negó a conversar en Puerto Natales con los representantes del sector que los esperaban para profundizar en las alternativas que tenían en carpeta los militantes verdes.

No hay dudas de que la actividad salmonera ha empujado los índices de crecimiento social en toda la región y achicado las brechas de ingresos.

Según unas de las últimas encuestas Casen, Magallanes “es la región con los índices más bajos de pobreza por ingresos y de pobreza extrema, con un 5,7% y 1,8% respectivamente”.

En Puerto Natales y Punta Arenas donde se concentra buena parte del desarrollo industrial salmonicultor se evidencia una nueva clase media impensada hace dos o tres décadas. La multiplicación de cafés, bares, restaurantes y tiendas se explica, entre otros factores, con una flamante generación de trabajadores con recursos e inquietudes.

En este sentido la salmonicultura vino a poner regularidad al flujo de ingresos que ya representaba la industria del turismo activa principalmente durante 6 a 8 meses de cada año.

Como curiosidad y muestra de este escenario de remuneraciones, Puerto Natales tiene su propio club de fanáticos de los automóviles orientales (japoneses, chinos y coreanos) una actividad que hubieran observado con sorpresa los mineros que acudían a Río Turbio en los 70 y los 80 para ganarse su mensualidad.

En 2000 hectáreas: un aporte sustancial a la región

De acuerdo al documento Radiografía de la Salmonicultura en Magallanes en 2.121 hectáreas, el sector representa el 41% de las exportaciones regionales y cerca del 20% del Producto Interno Bruto regional

Las exportaciones en 2021 tocaron los USD 400 millones. Aquel mismo año se cosecharon 146.809 toneladas que equivalen el 15% del total nacional y en 2022 estaría en las 160 mil toneladas.

El pago total de patentes en la región distribuidas en distintos ítems y localidades supera los 2,400 millones de pesos anuales constituyendo un aporte sustancial para los municipios regionales.

Entre las comunas de Punta Arenas, Puerto Natales, Río Verde y Cabo de Hornos reciben alrededor de 600 millones en este rubro. Este es otro ingreso que los principales municipios deberían resignar.

A pesar de la polémica respecto de su funcionamiento, entre 2013 y 2021 la Superintendencia del Medio Ambiente realizó más de 1.300 fiscalizaciones a unidades productivas de la industria del salmón, representando el 53% de las fiscalizaciones del país, de acuerdo a la Radiografía del sector. El porcentaje mayoritario resultaron aprobadas.