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Un duro debate sobre la informalidad laboral en Chile

Un intenso debate sobre el aumento de la informalidad laboral sacude el panorama económico chileno en las últimas horas, con opiniones divergentes entre dos destacados economistas de la Universidad Católica: Andrea Repetto, directora de la Escuela de Gobierno, y David Bravo, director del Centro Encuestas y Estudios Longitudinales.

Este enfrentamiento, que ha cobrado relevancia en el contexto de la carrera presidencial, pone en el centro la interpretación de datos y las políticas laborales, mientras el país enfrenta una tasa de desocupación del 9.2% en el segundo trimestre de 2025, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la más alta desde 2020.

Repetto: Paños Fríos y Análisis Cauteloso

En una entrevista con Radio Infinita, Repetto salió al paso de las alarmas sobre una crisis laboral, declarando: “Me gustaría ponerle paños fríos a esta discusión porque creo que hemos estado utilizando palabras que son exageradas: el país no está en crisis, no nos estamos cayendo a pedazos”.

La economista reconoce dificultades en el mercado laboral, particularmente en el tramo etario de 25 a 59 años, donde la participación ha caído un 2.3% interanual, pero desestima que la tasa de participación femenina no se haya recuperado, cifrándola en un 51.4% en julio 2025, un leve aumento respecto al 50.8% de 2024.

Repetto rechaza una relación directa entre el desempleo y políticas como las 40 horas o el alza del salario mínimo a 500,000 pesos, sugiriendo que la baja tasa de crecimiento económico (1.8% en el primer semestre, según el Banco Central) tiene mayor peso en esta materia.

Sobre la informalidad, argumenta que, según la definición de la OIT desde 2017, basada en cotizaciones para pensiones por el empleador, esta no es alta para el nivel de desarrollo de Chile. Incluso estima que “probablemente es algo más baja” de lo reportado, destacando que trabajadores mayores de 60 (mujeres) y 65 (hombres) aparecen como informales porque no cotizan obligatoriamente, aunque estén cubiertos.

También criticó el enfoque de Bravo: “Es bien delicado mezclar peras con manzanas… hay que ser mucho más cuidadoso en esta discusión”, y reclamó usar solo datos de pensiones en lugar de combinarlos con encuestas del INE.

Bravo: Alerta por Informalidad Creciente

En contraste, David Bravo sostiene que “no es cierto que tengamos más empleo formal hoy día”, basándose en un análisis que cruza datos administrativos del sistema de pensiones con encuestas del INE.

Según sus estimaciones, la informalidad laboral habría subido al 29.5% en 2025, un incremento de 2.1 puntos porcentuales desde el 27.4% de 2023, reflejando un deterioro en la calidad del empleo.

Bravo argumenta que la pandemia dejó secuelas estructurales, agravadas por la desaceleración económica y la precariedad en sectores como comercio y servicios, donde el 40% de los trabajadores informales opera sin contratos formales.

En una reciente columna en El Mercurio, señaló: “La informalidad no solo afecta ingresos, sino también la seguridad social, y esto exige políticas urgentes”.

Su diagnóstico ha ganado apoyo entre académicos como Claudia Sanhueza, quien en un foro de la Universidad de Chile estimó que hasta 600,000 trabajadores podrían estar en situación informal, un 15% más que en 2019.

Fuerza laboral: 9.1 millones de personas en julio 2025

Los datos del INE muestran que la fuerza laboral alcanzó los 9.1 millones de personas en julio 2025, con un aumento de 150,000 ocupados informales respecto a 2024, concentrados en regiones como Antofagasta y Magallanes, donde el turismo estacional agrava la precariedad.

La tasa de empleo formal se sitúa en 65.8%, por debajo del 68.2% de 2022, según la Superintendencia de Pensiones. Economistas como José de Gregorio, ex presidente del Banco Central, han intervenido, sugiriendo que la informalidad refleja una adaptación a la digitalización y el trabajo remoto, con un 12% de empleos híbridos en 2025, pero advierte que “sin regulación, esto puede exacerbar desigualdades”. Por su parte, el ministro de Trabajo, Nicolás Grau, defendió en julio que las reformas laborales buscan reducir la informalidad a un 25% para 2026, aunque sindicatos como la CUT critican la falta de avances concretos.

La CEP proyecta que, sin intervención, la informalidad podría alcanzar el 32% en 2026

El debate trasciende lo académico, influyendo en la agenda política preelectoral. Mientras Repetto aboga por un análisis más matizado, Bravo y sus aliados piden medidas como incentivos fiscales para formalizar empleos. La CEP proyecta que, sin intervención, la informalidad podría alcanzar el 32% en 2026, afectando el 20% de los ingresos tributarios por cotizaciones previsionales. Este choque de visiones refleja la complejidad de medir y abordar la informalidad en un país con una economía en transición, donde el turismo, la tecnología y las políticas públicas juegan roles determinantes.