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El avance de los trabajos de pavimentación en avenida Colón y la historia del empedrado histórico

Un legado yugoslavo bajo los pies: La historia del empedrado magallánico que dio forma a las primeras calles de la región

Los trabajos de pavimentación que actualmente se realizan en calle Colón, en pleno centro de Punta Arenas, han generado expectación por el cuidado especial que se dará a los tramos de empedrado histórico, considerados parte del patrimonio urbano de la capital regional. Las faenas buscan mejorar la transitabilidad sin borrar la huella cultural que representan estas piedras, instaladas hace más de un siglo.

El empedrado de Punta Arenas tiene una raíz profundamente ligada a la inmigración yugoslava. A comienzos del siglo XX, fueron precisamente los colonos croatas quienes aportaron la técnica y la mano de obra para levantar las primeras calles de piedra en la ciudad, en una época donde la tierra fangosa complicaba la vida cotidiana. Con el esfuerzo de cuadrillas enteras, se instalaron adoquines que no solo facilitaron el tránsito de carros y peatones, sino que además dieron identidad al trazado urbano.

Hoy, mientras se modernizan las arterias principales, el desafío de las autoridades y las empresas constructoras es combinar la necesidad de infraestructura moderna con la preservación de un pasado que late en cada piedra. El caso de calle Colón se convierte así en un símbolo: mantener viva la memoria de los colonos yugoslavos que con esfuerzo construyeron la base material de la Punta Arenas que conocemos.

Pero los trabajos de pavimentación que se desarrollan en calle Colón han abierto un debate creciente: ¿Se está modernizando la ciudad a costa de su patrimonio histórico? Las faenas, impulsadas para mejorar la transitabilidad, incluyen tramos donde aún sobreviven empedrados centenarios.

El empedrado de Punta Arenas no es un simple detalle urbano. Fue la respuesta de los inmigrantes croatas a los terrenos complejos y las lluvias constantes, cuando la ciudad apenas comenzaba a levantarse. Con paciencia y trabajo manual, cuadrillas de colonos instalaron piedra por piedra, dando forma a calles que marcaron el desarrollo urbano y la identidad de la capital magallánica.

Hoy, mientras se busca modernizar la infraestructura, vecinos y expertos advierten que la falta de planes claros de conservación puede significar la pérdida de un testimonio vivo de la historia local. La calle Colón se transforma así en un caso emblemático: modernizar sin borrar la memoria de quienes forjaron la ciudad.

Los trabajos de pavimentación ya están en marcha y contemplan la reposición completa de calzada y veredas, con una inversión cercana a los $1.200 millones. El proyecto, a cargo del Serviu y ejecutado por la empresa regional contratista, incluye la instalación de una carpeta de hormigón de alta resistencia, además de la modernización de sumideros de aguas lluvias, ductos eléctricos soterrados y accesibilidad universal en las esquinas.

El cronograma establece una ejecución de seis meses, durante los cuales se intervendrán alrededor de 6.500 metros cuadrados de superficie. Según la planificación, los tramos que conservan adoquines históricos serán retirados para permitir el trabajo de base, con el compromiso de reinstalarlos en zonas delimitadas.