Vientos Patagónicos: El parque eólico que nació con fondos públicos pero que aún no explica los beneficios para Magallanes
A cinco años de la millonaria inversión del Gobierno Regional en el Parque Eólico Cabo Negro, siguen sin conocerse los retornos ni el impacto real en las tarifas eléctricas de la región. ENAP, Pecket Energy y el propio GORE deben responder: ¿dónde están las explicaciones… y los beneficios para los magallánicos?
En 2018 se selló una alianza estratégica que prometía marcar un antes y un después en la generación eléctrica de Magallanes. Se trataba de Vientos Patagónicos SpA, una sociedad conformada por ENAP (66%) y Pecket Energy (34%) para construir y operar el Parque Eólico Cabo Negro, a 25 kilómetros al norte de Punta Arenas. El proyecto, valorado en 22 millones de dólares, fue presentado como un hito regional en materia de energías limpias, con el compromiso de abaratar el costo de la electricidad y aportar al desarrollo sustentable.
Sin embargo, cinco años después, las preguntas superan a las certezas.
El origen del parque se remonta a 2010, cuando Methanex inauguró sus primeros aerogeneradores en Cabo Negro. Cuatro años más tarde, la empresa transfirió los activos a Pecket Energy, que en 2018 dio paso al nuevo joint venture con ENAP.
Ese mismo año, el Gobierno Regional de Magallanes (GORE) aprobó una inyección de cerca de 7 millones de dólares del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) para financiar la compra de aerogeneradores, como parte de una inversión total cercana a los 22 millones.
El objetivo según se informó era claro: producir energía limpia localmente y evitar futuras alzas en las tarifas eléctricas. La Contraloría General de la República validó el uso de esos recursos, argumentando que el proyecto era de interés regional.
En 2020, el parque eólico comenzó a operar con tres aerogeneradores capaces de inyectar hasta 10,35 MW al sistema, lo que equivale aproximadamente al 20% del consumo eléctrico de Punta Arenas. La gestión quedó en manos de Pecket Energy, bajo la estructura societaria de Vientos Patagónicos SpA.
Un proyecto con socios… y con dudas
Aunque ENAP era el receptor formal del financiamiento público, el control operativo y comercial fue compartido con un privado. La creación de Vientos Patagónicos implicó que un activo parcialmente financiado por el GORE pasara a una empresa mixta donde Pecket Energy participa con un 34%.
No hubo venta directa de los aerogeneradores, pero sí un traspaso del negocio a una sociedad en la que el Estado ya no tiene el control absoluto. Ese detalle, aunque legalmente validado, ha generado sospechas sobre la transparencia y la rentabilidad social de la inversión.
Las utilidades que nadie aclara
En julio de 2024, el diputado Christian Matheson reabrió el debate en la Comisión de Minería y Energía de la Cámara de Diputados, solicitando explicaciones sobre las utilidades generadas por ENAP a través del parque eólico.
El parlamentario planteó que “no se ha visto ningún beneficio directo para los habitantes de la región”, pese a la significativa inversión pública inicial. Propuso que el 30% de las utilidades obtenidas por ENAP se destine a un Subsidio de Energía Eléctrica para la clase media y las pymes magallánicas.
Matheson también pidió información oficial sobre las utilidades de 2023, año en que ENAP reportó 566 millones de dólares de ganancias, sin precisar si parte de esas cifras provinieron de Vientos Patagónicos.
Hasta hoy, ni el Ministerio de Energía, ni ENAP, ni el Gobierno Regional han entregado respuestas públicas concretas sobre los montos generados, su distribución o los beneficios directos para los consumidores de la región.
¿Dónde están las explicaciones y los beneficios?
El caso de Vientos Patagónicos abre una interrogante mayor sobre la gestión de los recursos públicos en proyectos energéticos mixtos.
¿Quién controla realmente los beneficios de la energía producida en Magallanes?
¿Dónde están los retornos prometidos al financiamiento regional?
¿Y por qué, pese al discurso de soberanía energética, los magallánicos siguen pagando tarifas sin rebajas perceptibles?
A la luz de los antecedentes, la falta de transparencia y de rendición de cuentas se vuelve insostenible.
El parque eólico que nació con dinero regional, y que se explota hoy en sociedad con capital privado, opera con viento a favor para sus socios, pero deja a la comunidad con una sensación persistente de que el beneficio público se esfumó entre balances y contratos.
El Parque Eólico Vientos Patagónicos fue una promesa de energía limpia y desarrollo local. Hoy es un símbolo de preguntas sin respuesta sobre cómo se manejan los recursos regionales y quién gana realmente con el viento que sopla en Magallanes.
Redacción ZonaZero.cl
