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China fija meta de 4 millones de vehículos a hidrógeno para 2040 y se abre una ventana estratégica para Magallanes

La reciente decisión de China de fijar una meta de 4 a 5 millones de vehículos con pila de combustible (FCEV) para 2040 está redefiniendo el mapa energético global. La estrategia, presentada a través del Technology Roadmap 3.0 para Vehículos de Ahorro Energético y Nuevas Energías, consolida al gigante asiático como el principal impulsor mundial de la economía del hidrógeno. Y, en un escenario inesperado pero favorable, esta política podría transformarse en un beneficio directo para Magallanes, región que aspira a convertirse en uno de los mayores productores de hidrógeno verde del planeta.

La industria automotriz impulsada por hidrógeno aún es incipiente en China: en septiembre se registraron 441 unidades producidas y 408 vendidas, con un parque total cercano a 25.700 vehículos. A pesar de estas cifras modestas, el crecimiento supera el 90 % anual y ya operan alrededor de 560 estaciones de abastecimiento, una de las redes más grandes del mundo.

El plan establece que la primera expansión masiva ocurrirá en el ámbito del transporte pesado y de larga distancia, donde las pilas de combustible ofrecen ventajas sustantivas: tiempos de carga de 5 a 10 minutos, autonomías aproximadas de 600 kilómetros, mayor confiabilidad en climas fríos y menores tiempos muertos operacionales. El propio gobierno chino reconoce, sin embargo, que los costos siguen siendo elevados y la infraestructura insuficiente, pero proyecta que hacia 2035 la expansión industrial reducirá los costos en forma significativa.

Un escenario global que favorece a Magallanes

Para Magallanes, este anuncio internacional no es solo una noticia tecnológica: es una oportunidad estratégica. La región ha sido identificada por estudios públicos y privados como uno de los territorios con mayor potencial del mundo para la producción de hidrógeno verde gracias a su viento constante, baja densidad poblacional y disponibilidad territorial. Si China —el mayor consumidor de energía del planeta— impulsa la masificación de la movilidad a hidrógeno, la demanda global por combustibles limpios podría crecer a niveles inéditos.

Expertos señalan que un mercado de millones de vehículos de hidrógeno requerirá enormes volúmenes de producción de hidrógeno verde y derivados como el amoníaco. En este contexto, Magallanes podría convertirse en un proveedor relevante para Asia, especialmente si consolida a tiempo su infraestructura, su marco regulatorio y sus procesos logísticos.

Impactos económicos y productivos

Convertirse en productor permitiría a la región:
• Diversificar su matriz económica, agregando una nueva industria de escala global.
• Atraer inversiones extranjeras de empresas automotrices, energéticas y tecnológicas interesadas en asegurar suministro.
• Generar empleo de alta calificación, ligado a ingeniería, operación de plantas, mantención de electrolizadores y logística energética.
• Desarrollar infraestructura estratégica, como puertos especializados, plantas de almacenamiento y nuevas líneas eléctricas.
• Posicionar a Chile como actor clave en la transición energética, con Magallanes como punta de lanza.

Una oportunidad con reloj en marcha

El desafío para la región es doble: avanzar en sus propios procesos —ambientales, productivos y normativos— a la vez que el mercado internacional acelera. La señal proveniente de China deja claro que la carrera por el hidrógeno no es una promesa futura, sino una realidad en desarrollo que podría consolidarse en las próximas dos décadas.

Si Magallanes logra insertarse en esta nueva cadena global, la decisión china podría ser recordada como un punto de inflexión: el momento en que la región del extremo sur encontró una oportunidad histórica para convertirse en un polo energético mundial.

Redacción ZonaZero.cl