La industria global del salmón se prepara para un 2026 marcado por un crecimiento moderado, estabilidad en los precios y un mayor énfasis en sostenibilidad e innovación. Según proyecciones de de especialistas, el sector vivirá un aumento cercano al 3% en la oferta mundial, impulsado por la recuperación de la producción en Chile y el avance sostenido de Noruega y Asia.

El escenario llega después de un 2025 con una expansión estimada del 3,3%, lo que confirma una tendencia de crecimiento estable, pero con desafíos estructurales en varios de los principales países productores.

Recuperación chilena y expansión en Asia

En 2026, Chile—segundo productor mundial—apunta a un aumento del 3,2% en su producción, impulsado por una mayor eficiencia operativa y la normalización de los ciclos tras la pandemia. Este avance se daría en un contexto donde el país sigue bajo escrutinio internacional por el manejo ambiental y la regulación de concesiones.

Noruega, líder global, también anticipa crecimiento, pese a las persistentes dificultades sanitarias y biológicas. El fortalecimiento de la gestión de riesgos y la disponibilidad de una biomasa robusta permitirían sostener la expansión. En paralelo, Asia, especialmente China, continúa apostando por proyectos de cultivo en tierra —incluyendo sistemas de recirculación (RAS)— que empiezan a consolidarse como una alternativa de expansión menos dependiente de la disponibilidad de espacios marinos.

Sostenibilidad y tecnología: los ejes para 2026

El próximo año estará marcado por un empuje más fuerte hacia tecnologías que ayuden a reducir la huella ambiental, mejorar la eficiencia del uso de recursos y reforzar la trazabilidad. Inversiones en automatización, inteligencia artificial aplicada al control sanitario y sistemas de monitoreo ambiental se convertirán en piezas clave para aumentar la productividad sin aumentar la presión sobre los ecosistemas.

La sostenibilidad dejará de ser un “adicional” para convertirse en el principal factor de competitividad global, especialmente frente a consumidores y mercados que exigen producción limpia y certificaciones ambientales robustas.

La incertidumbre regulatoria sigue siendo un freno

Aunque las proyecciones son positivas, la industria enfrenta un desafío transversal: la incertidumbre regulatoria. En nuestro país, las decisiones sobre concesiones, exigencias ambientales y normas territoriales definirán la capacidad de expandirse. Eso sí, expertos advierten que procesos lentos o poco claros pueden frenar inversiones, limitar renovaciones de centros y comprometer la competitividad internacional, en un mercado donde la demanda continúa al alza.

Impacto regional: un 2026 clave para Magallanes

El desempeño de 2026 estará condicionado por la postura del Gobierno en materia ambiental y de ordenamiento territorial. Para Magallanes, región estratégica por su baja densidad de centros y buenas condiciones sanitarias, el futuro dependerá directamente de la claridad política respecto a renovaciones, relocalizaciones y nuevas inversiones.

Sin señales definidas, el sector podría enfrentar estancamiento, frenando la expansión de una de las industrias más relevantes para la economía regional. En cambio, un marco claro y ágil permitiría sostener el crecimiento, atraer capital y consolidar a la región como un polo de producción de bajo impacto.

Un 2026 de oportunidades, pero también de definiciones

La industria del salmón entra a 2026 con buenas perspectivas: crecimiento moderado, precios estables con potencial al alza y una expansión cada vez más apoyada en tecnología. Pero su desempeño final dependerá de las decisiones regulatorias y la capacidad de avanzar hacia un modelo realmente sostenible.

Para Chile y especialmente para Magallanes, el próximo año será decisivo. Una señal política clara podría consolidar la recuperación; la falta de ella, en cambio, podría dejar al sector en pausa justo cuando el mercado global exige más oferta y mayor innovación.

Redacción ZonaZero.cl