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El conflicto de 1978: Cuando Chile y Argentina estuvieron al borde de la guerra

En 1978, Chile y Argentina vivieron uno de los momentos de mayor tensión de su historia reciente, a raíz del conflicto por la soberanía de las islas Picton, Nueva y Lennox, ubicadas al sur del canal Beagle. La disputa, de larga data, escaló peligrosamente durante ese año y llevó a ambos países, entonces bajo regímenes militares, a una movilización de tropas sin precedentes en la zona austral.

En Chile todo se hizo en silencio. El transporte de tropas hacia Punta Arenas y otras regiones se efectuó por las noches, mientras la población civil dormía. Los medios de comunicación guardaron reserva de casi todo lo que estaba ocurriendo en los cuarteles y daban cuenta sólo de los trámites diplomáticos.

El origen inmediato del conflicto fue el rechazo de Argentina al fallo arbitral internacional de 1977, que había otorgado la soberanía de las islas a Chile. Buenos Aires declaró el laudo “insanablemente nulo” y comenzó preparativos militares, mientras Chile defendía la validez jurídica del dictamen y reforzaba su presencia en el extremo sur, especialmente en Magallanes.

La situación llegó a su punto más crítico en diciembre de 1978, cuando Argentina activó la llamada Operación Soberanía, un plan militar que contemplaba acciones simultáneas en el sur. La guerra parecía inminente. Sin embargo, la mediación del papa Juan Pablo II, a través del cardenal Antonio Samoré, logró frenar el conflicto a último minuto y abrir un canal de negociación.

Operación Soberanía fue el nombre en clave dado al plan de invasión, que el Gobierno Militar Argentino planificó para ocupar las islas chilenas Picton, Nueva y Lennox. El plan de invasión fue elaborado por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas Argentinas bajo el nombre de Planeamiento Conjunto de Operaciones Previstas contra Chile. Que sería ejecutado en los últimos días de diciembre de 1978.

El proceso culminó años más tarde con la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984, que zanjó definitivamente la disputa y evitó un enfrentamiento armado. El conflicto de 1978 permanece como un recordatorio de la fragilidad de la paz en contextos de alta tensión política y del rol clave que puede jugar la diplomacia para evitar la guerra.

Finalmente, a las 17:00 horas del día 22 de diciembre, cuando faltaban cinco horas para que chocaran frontalmente las flotas navales de Chile y Argentina en los mares australes, los buques de guerra argentinos cambiaron el rumbo y enfilaron de regreso hacia el norte. Horas después el Papa Juan Pablo II inició su mediación.

Redacción ZonaZero.cl