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Rechazo a solicitudes indígenas: Aysén respira al salvar 620 mil hectáreas y miles de empleos

En un fallo que alivia tensiones en la Patagonia chilena, la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC) rechazó este 9 de diciembre de 2025 dos solicitudes de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO) que pretendían entregar más de 620 mil hectáreas a comunidades indígenas en la región de Aysén. La votación, unánime y cargada de expectativa, se realizó en medio de temores por el impacto en la industria salmonera, que genera miles de puestos de trabajo en una zona gran proyección económica..

El caso remonta a febrero de 2024, cuando la CRUBC desestimó inicialmente las peticiones de las comunidades Antunen Rain y Pu Wapi, abarcando sectores en Isla Huichas y Cisnes. Sin embargo, la Corte Suprema intervino en noviembre de 2025, anulando la decisión por falta de fundamentos fácticos y arbitrariedad, obligando a repetir el proceso. Las solicitudes, bajo la Ley Lafkenche, buscaban reconocer derechos ancestrales sobre un vasto territorio costero-marino, equivalente al 25% de la capacidad nacional de engorda de salmones.

Desde el lado indígena, voces como Blanca Guenten, de la asociación Wapi Huichas, defendieron el reclamo como un acto de justicia histórica, aunque enfrentaron críticas por la magnitud: “Es inconcebible entregar ese inmenso territorio a tan pocas personas, más aún cuando ellas jamás han trabajado en el mar ni tienen cultura huilliche”, ironizó Guenten, reconociendo tensiones internas. Alcaldes de comunas como O’Higgins, Guaitecas y Aysén, junto al consejero Julio Rossel, votaron en contra, argumentando que no beneficiaría a la región.

La industria salmonera, representada por Salmón Chile, alertó sobre un “precedente preocupante”. Tomás Monge, su gerente de asuntos corporativos, advirtió que aprobarlo bloquearía actividades productivas y generaría desigualdad, con 103 solicitudes pendientes que suman 4 millones de hectáreas desde Atacama hasta Magallanes. La Multigremial de Emprendedores fue más drástica: “Congelar más de 600 mil hectáreas es condenar a Aysén al estancamiento”, enfatizando el riesgo para miles de empleos directos e indirectos en acuicultura, turismo y pesca artesanal.

Este rechazo unánime, con participación de autoridades regionales y privados, preserva la certeza jurídica e inversión en Aysén, pero reaviva el debate sobre la aplicación de la Ley Lafkenche. Mientras las comunidades indígenas insisten en sus derechos territoriales, la salmonicultura celebra un respiro que evita paralizaciones. Expertos llaman a reformar la norma para equilibrar tradición y desarrollo sostenible, evitando “tensiones entre actores del territorio”, como señaló Loreto Seguel King, presidenta del Consejo del Salmón. En una región de contrastes, donde el mar es vida para unos y motor económico para otros, el equilibrio sigue siendo el gran desafío.

Loreto Seguel, Presidenta Ejecutiva del Consejo del Salmón

Valoramos que tal como se rechazó en la votación anterior en febrero de 2024, hoy haya primado nuevamente la responsabilidad con la región de Aysén y con Chile. 

Esta decisión reconoce que una solicitud de esta magnitud, que pretendía entregar más de 620 mil hectáreas para cerca de 50 personas, se apartaba del espíritu original de la Ley Lafkenche, siendo desmesurada y careciendo de la debida fundamentación del uso consuetudinario por parte de la CONADI.

Para el Consejo del Salmón esta votación es de las más relevantes para el desarrollo de nuestra industria y de las diversas actividades productivas que se desarrollan en el borde costero. El impacto en las familias y en los trabajadores que hubiese generado la aprobación de las dos ECMPO, habría sido perjudicial y generado un muy mal precedente para nuestro país.

Por  eso, estar acá en Aysén era una obligación. La región necesita reglas claras y decisiones responsables para asegurar que este tipo de solicitudes se evalúen con información verificable, metodologías adecuadas y criterios que no se presten para abusos ni para generar incertidumbre territorial.

Hoy volvió a imponerse el sentido común. Con esta decisión no solo ganó la región de Aysén y sus familias, ganó Chile entero. Desde el Consejo del Salmón estamos convencidos que este es el camino y la forma para que Chile pueda volver a  crecer y desarrollarse.