En un acto cargado de simbolismo político, la alcaldesa Antonieta Oyarzo y la Delegada Presidencial, Luz Bermúdez, cruzaron la frontera y llegaron a Río Turbio, Argentina, para encontrarse con el intendente Darío Mena.
Juntos desarrollaron ideas sobre la mesa tendientes a lograr la apertura definitiva, un trámite que oscila y pelotea entre los gobiernos, las cancillerías y los ministerios de salud.
Hace más de dos años que un muro invisible se levantó entre ambos países y en especial entre Natales y Turbio, dos comunidades separadas por apenas 30 kilómetros.
No fue gratis este quiebre. Durante más de dos años hubo jubilados de la mina y viudas de ex trabajadores que dejaron de cobrar sus dineros por caja en el Banco Nación de Turbio, generando así situaciones de angustia y desesperación económica.
Cientos de familias con vínculos mutuos en Río Turbio, Río Gallegos, Punta Arenas y Natales se han visto impedidas de abrazarse y compartir algo juntos.
Desde que asumió la alcaldesa Oyarzo convirtió el reclamo por la apertura de las fronteras en una bandera de su Alcaldía Ciudadana.
La máxima autoridad comunal conoce bien el universo de los jubilados mineros, sus familias y el profundo tejido social y cultural que cubre como un manto a su ciudad tanto como a la localidad trasandinas.
En más de un sentido y el sur argentino y el chileno son auténticamente hermanos.
La presencia de la Delegada Presidencial Bermúdez muestra también su olfato político y su capacidad de empatía a poco de asumir su cargo.
En las redes sociales se recibió como un victoria este cruce conseguido después de largos y engorrosos trámites en Santiago y Buenos Aires respecticamente.
También lo entiende así mismo Oyarzo, que lleva a adelante su administración bajo el sello de la Alcaldía Ciudadana.
Junto a Oyarzo y Bermúdez estuvieron la delegada presidencial provincial, Romina Alvarez, y los representantes de los jubilados de la mina, José Belarmino Oyarzo y María del Carmen Barría.
