El país le propuso a la Cancillería trasandina enviar 15 mil vacunas a Río Turbio y unas 17 mil a Bariloche. Pero no hubo respuestas. Razones administrativas, económicas y culturales detrás del silencio.
Por Claudio Andrade
Entre marzo y mayo, en dos oportunidades, dos regiones distintas de Chile han intentado donar vacunas a la Argentina. En total se trata de 32 mil dosis.
En la primera intervino el senador Carlos Bianchi en representación de Magallanes con el propósito de enviar 15 mil de ellas a Río Turbio.
La segunda corre por cuenta del CORE de Los Lagos alentado por un pedido del Círculo Chileno Gabriel Mistral de Bariloche. Serían unas 17 mil vacunas para los radicados en esa localidad.
La oferta de Bianchi fue en marzo y la del CORE la semana pasada. No hubo señales del gobierno trasandino hasta el momento.
El senador le informó a Zona Zero que la propuesta había llegado a los oídos de los colaboradores de Felipe Solá, canciller argentino.
Respecto de este nuevo ofrecimiento solo se sabe que el Intendente en la región de Los Lagos, Carlos Geisse se ocuparía de contactar con funcionarios de Cancillería chilena.
¿Por qué el desinterés por parte del presidente Alberto Fernández y sus funcionarios de Salud? ¿Nunca se enteraron de la idea? Todo indica que sí.
En Río Turbio hay voces convencidas de que las autoridades de Santa Cruz lo verían como una suerte de derrota política. Un hecho que “los pondría en evidencia”, dicen casi a coro un empresario de El Calafate y otro de Río Turbio.
Hace 40 años atrás eran los chilenos los que iban a buscar empleo en la mina de carbón de Río Turbio. Hoy la Argentina atraviesa una crisis de salud, pero también económica y social, que impulsa estas nobles intensiones nacionales.
Se contabilizan en aquel país alrededor de 21 millones de pobres. Con una inflación de cerca del 5% mensual. Más que la de Chile en un año.
En estos días viene rompiendo récords de contagios con días de más 35 mil casos registrados.
“Deje de lado el orgullo y acepte la donación de vacunas para Río Turbio”, le increpó el senador Bianchi al presidente Fernandez, en declaraciones al diario Clarín.
Más extraño resulta la indolencia tomando en cuenta los lazos que unen a los propios Kirchner con el país. La madre del ex presidente Néstor Kirchner, Ana María Ostoic, fallecida en 2013, había nacido en Punta Arenas.
Además del orgullo político como elemento de este silencio ante la generosidad chilena, el otro punto a tener en cuenta es el propio caos administrativo argentino.
En los últimos 10 años la Argentina ha cerrado profundamente su economía y hoy es un país y un gobierno que mira sustancialmente hacia adentro. Por lo mismo, apenas atiende lo que sale de allí.
La administración de Fernández puso las fichas desde temprano a la vacunas rusas, pero las entregas se demoraron y el calendario padece una lentitud desesperante. La demora apenas es compensada con las compras a otros pocos laboratorios.
Ahora los funcionarios esperan que en algún momento comiencen a caer las vacunas que los principales laboratorios del Estados Unidos informaron que donarán entre 2021 y 2022. Unas 3500 millones de dosis a distribuir en el mundo.
Que no sea capaz de escuchar la voz de los chilenos, no es tan raro en un contexto hermético como el que vive la Argentina.
El histórico sentimiento de superioridad cultural también influye. El país trasandino siempre se ha mostrado escasamente proclive a mostrar como un igual en Sudamérica.
¿Podrán llegar desde Chile partidas de vacunas? Es una pregunta que sus autoridades parece que ni siquiera se hacen.
