Lo que sucede desde hace años en el sector de calles Lautaro Navarro y Pedro Montt, en nuestra ciudad de Punta Arenas, es algo que simplemente se ha tratado de ignorar. Mirar para otro lado mientras la violencia, las agresiones y el descontrol se toman el centro de la urbe. Y ese es el gran problema, pareciera que hay quienes piensan que «mientras no me afecte a mí, no es tan grave el problema».
El discurso que se basa en la ignorancia, como el que a Carabineros se le quitaron facultades o por el hecho de que «hagan la pega» los van a procesar por violar derechos humanos es simplista, además de falso. A los carabineros que violen los derechos humanos se les debe procesar judicialmente, tal cual a las personas que cometen delitos, o a los delincuentes que alteran el orden público. No existe, ni ha existido ningún decreto que apunte a quitarle facultades a Carabineros ni durante ni después del estallido social (que pareciera que a algunos y algunas se les olvidó que ocurrió). Es más, y como país experiencia tenemos, a la mayoría de quienes han cometido crímenes de lesa humanidad o violaron los derechos humanos a chilenas y chilenos durante la dictadura cívico – militar se les sigue procesando y se les ha encarcelado como corresponde durante los últimos años.
El hecho en concreto, y lo que a la ciudadanía le importa más que cualquier cosa, es que la sensación de seguridad se les está desvaneciendo. Es el tema en cuestión. Las calles están en poder de quienes hacen desórdenes, pelean de madrugada, amenazan, roban, trafican, te tiran los autos encima, andan con armas, etcétera, etcétera, etcétera… Y así estamos. Y los que quieren mezclar peras con manzanas, lo seguirán haciendo porque es más fácil politizar todo. Que sea un tema de izquierdas y derechas. De si Piñera tuvo más o menos aprobación que Boric en sus primeros meses de gobierno. O si Carabineros actuaba mejor o peor. O si los robos (multimillonarios robos) al interior de la institución fueron en una ú otra administración. El hecho verdadero es que el caso conocido públicamente como «Pacogate» ha sido lo más grave como acto de corrupción ocurrido en Chile, específicamente de malversación de caudales públicos, realizado por miembros de Carabineros de Chile, la principal fuerza policial del país. A comienzos del 2020, el monto total fue avaluado en más de 35.000 millones de pesos.
Volviendo a nuestras violentadas calles, a principios de abril de este año el alcalde Claudio Radonich le presentaba a la delegada presidencial, Luz Bermúdez, un informe de seguridad municipal en la cual se analizaron las cifras de seguridad entre el año 2021 y 2022, ademas de las acciones de prevención de delitos impulsadas por la municipalidad de Punta Arenas. Pareciera más humo que nada. El comunicado decía eso, nada más. Ah, y se resaltaba el trabajo disuasivo que habían obtenido los carros de vigilancia municipal, ya que contaban con personal de Carabineros, lo que ayuda al orden y cumplimiento de las normas y leyes. Además, se analizaron las cámaras de televigilancia y su impacto en la prevención de delitos. Eso.
Lo que ocurre casi todas las noches, pero sobretodo los fines de semana en el sector de Lautaro Navarro y Pedro Montt lleva años sucediendo. ¿Qué es lo que han hecho todas las autoridades de turno? Las vecinas y vecinos de dichos lugares sencillamente ya no duermen de noche. Han sufrido ataques a sus autos, las puertas de sus domicilios amanecen orinadas. La música y los gritos se escuchan hasta la mañana siguiente. Sin hablar de la inmundicia que deja este descontrol en las veredas y calles del lugar.
Ya no hay más margen para seguir analizando lo que todas y todos sabemos. No hay más tiempo. Hay que tomar decisiones en serio, dejar de juntarse a conversar de datos que además dejan dudas, y donde el cafecito y las galletas pasan a estar.
Insisto, esto no es un tema político. Quienes lo quieren hacer aparecer así buscan otro tipo de cosas. Mezclar a conveniencia para sacar ganancias (justamente políticas). Embarrarnos a todos. Salpicar mierda a destajo para ver cómo debilito supuestamente a mi adversario. Pobres y mal intencionados argumentos. La falta de verdad y educación en nuestra sociedad nos ha llevado a ver lo que vemos. A escuchar lo que escuchamos y donde la mentira cabalga sin montura ni riendas.
Mientras más engaño y tergiverso mejor me va. Por eso es conveniente la ignorancia. Por eso es mejor enredar todo y presentar discursos repetitivos y añejos. Por mientras, que la gente siga pasándola mal.
Y se hace pensar que esto es político, cuando la seguridad y el ocuparse de la ciudadanía es una responsabilidad de las autoridades, y que está acotada en la norma y de la cual no se pueden zafar. El resto, es tratar de engañar, escribiendo y opinando desde la comodidad de su hogar. Por mientras, en un mundo paralelo a esas realidades, hay un lugar en Punta Arenas que entre locales y delincuencia se ha convertido en una «tierra de nadie». Y eso sí que es verdad.