El precio de los combustibles está llegando a límites insostenibles para cualquier bolsillo. Es increíble que durante meses el valor del litro de combustible aumente semana a semana y pocos digan algo. El silencio de autoridades locales, y representantes de gobierno, raya en la incapacidad de sostener alguna explicación lógica respecto de lo que está sucediendo.
En promedio en Punta Arenas el litro de bencina llega a los $1.000, ni hablar en localidades como Puerto Williams donde los valores superan los $1.200, y sobre los mil pesos en Natales y Porvenir. La situación económica a nivel nacional y regional es mala, y esta realidad golpea duro a los automovilistas. Más aún a la locomoción colectiva, y el transporte en general. Respecto del tema la seremi de Economía, Natalia Easton, o el seremi de Transportes, Marcos Mella, no han dicho mucho respecto y si habría algún tipo de solución, o proyecciones más positivas para los choferes locales.
Una de las máximas críticas respecto del valor en los tableros de las bencineras es el impuesto específico a los combustibles. Este gravamen fue instaurado en el año 1986, con un fin transitorio, para la reconstrucción post terremoto de 1985 y desde esa fecha ya han pasado cerca de 35 años. Suena ilógico, injusto, y repetitivo sobre tantas cosas que se han hecho por un tiempo pero que terminan siendo para siempre. Hoy en día, mantener este tributo no tiene ningún sentido, menos cuando los recursos que se lograron adquirir ya fueron ocupados para lo que se crearon.
Bajo ese aspecto, la diputada por Magallanes, Sandra Amar, busca modificar la ley 18.502, que establece el impuesto a los combustibles, agregando un artículo que permitiría disminuir el gravamen que los afecta en tiempos de crisis.
“Esta rebaja ayudaría a todas las personas que usan diariamente la locomoción colectiva; a las miles de familias que utilizan la movilización particular para ir trabajar; a aquellos que han perdido sus empleos y que buscan el levantamiento económico a través de un emprendimiento; a los camioneros que abastecen a todo nuestro país y que presentan grandes gastos en combustible, lo que se traduce en el alza de precios en productos básicos y esenciales; y a todas las familias chilenas que tanto les cuesta llegar a fin de mes” señaló la Diputada Amar.
Le podríamos poner muchos adjetivos a esta situación. Partiendo por lo poco empáticas que se han mostrado las autoridades (de todos los gobiernos y de todos los colores) durante más de 30 años. Es momento de hacer las cosas que se deben hacer, además de entregar explicaciones razonables a la población.
Por último, esperar qué es lo que pasará con el proyecto declarado admisible que podría transformarse en el primer paso para cambios sustanciales en el valor de los combustibles en nuestro país.