Ucrania [Por Javier Ruiz]
Ucrania ya no existe. Se ha convertido en un paraje vacío en donde otros países ensayan la guerra del futuro. Es decir, la guerra de hoy. Putin amenaza una y otra vez. Es el miedo feroz que siente a perder la vida, el poder, la guerra. Sabe que hay un dron de Estados Unidos que vuela por ahí a la espera de la orden de destruir el objetivo. El objetivo es él. Sabe también que el lanzamiento de la nuclear lo convierte en un cadáver real. Sabe que si pierde la guerra, que es lo que está ocurriendo, también será un cadáver político y luego posiblemente un cadáver real. Por dónde ir. No queda donde. Enlistar jóvenes es la movida ilusionista. Los jóvenes no quieren combatir. Escapan de Moscú. Entonces que será de Putin y que será de Ucrania.
Ucrania será el Berlín de la segunda guerra. Claro que no se la repartirán como perros hambrientos. Pero el vencedor, o sea Estados Unidos y Europa, se quedarán con todo el animal y cederán un pedacito a Rusia, para que no se retire tan humillado que denigre a la guerra misma.
Pero, ¿hasta donde estirará la guerra Putín?. En lo inmediato carece de un plan temporal. Apuesta como esos boxeadores medios ciegos por la sangre, a seguir resistiendo, fingiendo una ofensiva que ya nadie cree. Pero la puede estirar bastante y al otro lado están los otros señores de la guerra, doblemente armados, doblemente forrados. Por tanto la guerra puede seguir durando bastante, al menos un año más.
¿Y Putín?. Al término de la guerra se inician sus últimos días. Podrá endurecer su poder, lo que solo hará más lenta su caída. Una vez que caiga Putin, será el fin de la autocracia rusa al estilo clásico y se abrirá probablemente una posibilidad para los demócratas rusos de iniciar algo distinto –¿habrán demócratas en Rusia?-. También es probable que los grupos autócratas se muevan rápidamente para reemplazar al funcionario de turno. En todo caso es claro que la idea democrática no prende fuertemente en Rusia, probablemente porque siempre se han sentido algo fuera de Occidente.
¿Y Ucrania que será de la joven Ucrania?. Es probable que el éxodo devuelva algo de población. Pero donde ir en un país donde está todo destruido. ¿Serán capaces de volver a reconstruir ellos mismos el país, o será un negocio de las contratistas europeas y americanas?. Lo que si es cierto es que los artistas ucranianos aumentarán notablemente en número; habrá mucho que cantar, pintar y filmar creativamente. El nuevo comienzo de Ucrania seguramente será cantado para las nuevas generaciones como un acto épico.
Ciertamente la guerra acabará. Esta guerra. Pero vendrán otras. En el norte o en el sur. En el oeste o en el este. Esta parte de la humanidad, es decir nosotros, ya ha aprendido –y es la lección de Putin- el carácter regulatorio que tiene la guerra. La purificación más radical que ensaya la especie, la purificación por la sangre, ya se ha visto, contiene y desata fuerzas que estaban contenidas y cuya explosión trae consecuencias sociales y políticas que ninguna otra acción puede desatar tan rápidamente. Lo que la cultura tarda décadas en armar, la guerra la desarma en cuestión de meses y prepara las condiciones para un nuevo comienzo cultural. Esa es la tragedia de la humanidad. Crear y destruir, eros y tanatos, vida y muerte en su igual medida. Los aztecas eran tan claros en esto que pactaban las guerras, tan ciertos que estaban en su acaecer inevitable.
No queremos la guerra. No la queremos bajo ningún motivo por el dolor que significa. Pero al igual que la muerte, su prima hermana, la guerra, viene a visitarnos al caer el sol, mientras admirábamos el bello movimiento del astro cayendo incandescente sobre el horizonte.
