Biblioteca y Centro Comunitario del Barrio 18 de Septiembre. Segunda parte y final. [Por Víctor Hernández Godoy]

9 de octubre de 2022

Los comienzos del nuevo centro de documentación fueron muy difíciles. A la gente de CEMA Chile Magallanes le costaba seleccionar la información bibliográfica, primero porque no tenían personal competente para realizar un trabajo de esas características, y segundo, porque la demanda de los vecinos pronto desbordó los requerimientos propios de una biblioteca. En los primeros meses, la biblioteca que dependía del Municipio local, funcionó como un improvisado anexo en el precario centro comunitario ubicado en calle Lircay esquina Martínez de Aldunate y no reunía las condiciones necesarias para atender a un público cada vez mayor en número y con necesidades cada vez más diversas.

Finalmente, la Municipalidad de Punta Arenas con el apoyo de la Intendencia Regional, decidió llevar a efecto el traspaso de la biblioteca a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), lo que se materializó con el Decreto Supremo N°2698 de 26 de julio de 1982. En aquella ceremonia se le confirió definitivamente al recinto el nombre de “Carmen Holzhuer de López”, se le asignó el número 114, y se fijó domicilio en calle Cancha Rayada N° 0346.

En los años siguientes, en la medida en que se fueron consolidando las distintas poblaciones que conformaban el Barrio 18 de Septiembre, Manuel Rodríguez, Independencia, Fermín Roca, 21 de Mayo, Carlos Ibáñez, Loteo Ihnen, Nuevo Horizonte y El Pingüino, surgieron diversas agrupaciones e instituciones como escuelas, jardines infantiles y juntas de vecinos, que requerían diariamente información lo que obligó a la biblioteca a redoblar su labor de préstamo de libros y de colaboración para las actividades de difusión de las mencionadas entidades, entre ellas, los jardines “Copito de Nieve”, “Caperucita Roja”, “Petete”, “Nuevo Sol”, “José Grimaldi”, “Bambi” y “Laguna Azul”; las escuelas “18 de Septiembre”, “La Milagrosa”, “Hernando de Magallanes”, “Padre Hurtado”, el Liceo “María Behety”; y organizaciones como el “Banco Estado”.

Las múltiples actividades desplegadas por la biblioteca N° 114 llevaron a que el 14 de septiembre de 2000, durante la administración del alcalde Juan Morano Cornejo, la Municipalidad de Punta Arenas celebrara un convenio con la Dibam tendiente a incorporar a la biblioteca a los servicios municipales. Desde esa fecha, este centro de documentación adquirió la doble categoría de pública y municipal.

Pese a todos los reconocimientos que recibió el recinto debido a su incesante vida cultural, nunca se planteó a nivel gubernamental la decisión de ampliar el establecimiento o de construir uno nuevo. Recién, en el período del alcalde Emilio Boccazzi Campos (2012-2016) se recogió el clamor de los vecinos y de la seccional,   Aristóteles España, núcleo político del Partido Socialista ubicado en el Barrio 18 de Septiembre, de la necesidad de contar con un nuevo espacio cultural. Para ese entonces, la biblioteca atendía anualmente los requerimientos de más diez mil usuarios, con una sala de lectura que podía cobijar entre 70 y 80 lectores, pero cuando había tertulias literarias o presentaciones de libros, la afluencia de público ascendía fácilmente a 150 personas.

A fines de 2014 se diseñó un anteproyecto que fue presentado en junio de 2015 con asistencia de autoridades y vecinos. A esas alturas, el Gobierno Regional había aprobado 71 millones de pesos para comenzar los estudios de diseño de arquitectura, ingeniería y distintas especialidades de la posible nueva biblioteca.

Inicialmente, el proyecto contemplaba levantar un edificio de tres plazas, de mil cuatrocientos metros cuadrados, que contaría con un hall de acceso, salas multiuso, una zona reservada para informaciones y préstamo de material bibliográfico; varias salas de estudio, cafetería y servicios higiénicos. El costo estimativo de esta iniciativa en su primera etapa era del orden de mil cien millones de pesos.

Después de un retraso por las complejidades del proceso de licitación, en 2019 se comenzó la construcción de la nueva biblioteca que más bien respondía a un Centro Cultural Comunitario pensado para dar respuesta a las múltiples necesidades culturales del sector sur poniente de Punta Arenas. A última hora, el comité Pro Adelanto incorporó una indicación de los vecinos: habilitar al interior del recinto, una sala exclusiva que sirviera de Museo para la exhibición de fotografías, utensilios, y distintas piezas donadas principalmente por la comunidad, con el objetivo de representar y recrear la historia del Barrio 18 de Septiembre.

En abril de 2022 se anunció la entrega del edificio para el mes de julio y que la obra había costado dos mil quinientos millones de pesos aportados en su totalidad por el Gobierno Regional. En la oportunidad, el alcalde de la comuna de Punta Arenas, Claudio Radonich Jiménez, aseguró también, que el Centro Comunitario contaría con un auditorio capaz de albergar a 120 espectadores.

La noticia de que el último tramo de construcción del recinto no se podrá concretar en el plazo estipulado, significa en términos prácticos, un nuevo golpe a la cultura en Magallanes. Independiente de las responsabilidades de Impex, empresa a cargo de la ejecución de las obras, y de las explicaciones vertidas por las autoridades de gobierno en el asunto, nos parece que estas justificaciones se agregan a la lista de decepciones que encabeza la espera de casi dos décadas, por contar con el ansiado Archivo y Biblioteca Regional, un megaproyecto prometido por las sucesivas autoridades de turno, del cual se han exhibido incluso, maquetas en los medios de comunicación sin resultados positivos de ningún tipo. A ello debe sumarse el lamentable deterioro de las bibliotecas en Punta Arenas. ¿Dónde quedó la biblioteca del Patrimonio Austral? ¿Qué pasó con la biblioteca pública N° 6 emplazada en calle Chiloé 1355?

Escrito por: Víctor Hernández Godoy, escritor, historiador.