Escuchar al Presidente Sebastian Piñera, en cualesquiera de sus intervenciones, se ha vuelto paulatinamente una tortura. Y no tiene nada que ver, con la diferencia en la orientación política a la que pertenece la primera autoridad del gobierno de Chile y con la que tienen a quienes está dirigido su discurso, más bien se trata que todos los sectores, tanto de derecha, centro, centro izquierda, etc, no pierden la esperanza, que en algún momento, ojalá sea antes que se acabe su gobierno, Piñera de alguna señal de empatía hacia quienes gobierna.
Oportunidades para ello, ha tenido a montones: al producirse el “estallido social”, salir en defensa de los derechos humanos de los manifestantes de las protestas, estar a favor del cambio constitucional, tomar medidas sanitarias que beneficien a la ciudadanía en general de la pandemia, no presentar proyectos al Tribunal constitucional para parar el retiro del 10% de las AFPs, al analizar los resultados de las elecciones pasadas y ver que el conglomerado político al que él pertenece perdió estrepitosamente, aprobar mínimos comunes en forma rápida y sin letra chica, en fin es una larga lista en la que todavía los chilenos/as no escuchamos nada, pero nada que nos haga sentir orgullosos/as del Presidente que tenemos.
Al respecto, anticipando el discurso de Piñera, El Mostrador señalaba: “Diferentes personeros que han participado de diversas instancias privadas con el Mandatario tienen un diagnóstico en común, y este dice relación con que no creería en los análisis que se le presentan, sino más bien en su propia forma de entender la realidad. Esto ha arrastrado como consecuencia el distanciamiento con parte de su gabinete, donde hasta en los más duros ha existido “al menos la intención de abrir el foco para entender lo que está sucediendo”, aunque esto no alcanzaría para permear su posición.
Y ante la pregunta de cuál es su posición, la respuesta proveniente de distintas personalidades es la misma: “Sigue creyendo que lo está haciendo bien”, por lo que –advirtieron– no esperan ningún cambio o sorpresa en el actuar o devenir en los nueve meses que le quedan al mando del país. (El Mostrador, 1/07/21 “El rey sigue desnudo: la última Cuenta Pública del Presidente Piñera”)
En el mismo artículo, el analista político Tomás Duval se refirió al contexto que rodea al Gobierno, previo a la Cuenta Pública, señalando que uno de los temas que no puede faltar es la arista política del proceso constituyente, pero que no es posible ver esta instancia como una oportunidad para decir “mire, este es mi legado”, sino más bien abocarse a lo que se ha hecho el último año y lo que se hará en los meses que quedan, donde “el Gobierno tiene muy pocos tiempos políticos.
Creo, que esta cuenta pública no llega en el mejor escenario para el Gobierno primero, porque su sector político tuvo una derrota en la elección reciente. El Gobierno se encuentra también con una baja aprobación de la opinión pública, y la agenda no aparece muy clara en el último año”, sentenció.
Piñera dio su cuenta pública en una hora y treinta minutos y su discurso estuvo estupendo hasta que llegó a su lectura del “estallido social”. Y la verdad, que al escucharlo pareciera ser que el que se encontraba hablando era un mandatario de un país distinto al nuestro. Habló de igualdad, dignidad y calidad de vida para todos los chilenos/as.
Me gustaría saber si realmente el Presidente cree que esto ocurre en Chile o como lo muestra la realidad que vivimos este es un país con profundas desigualdades, sociales, económicas y culturales.
También dijo: ”hemos avanzado en un desarrollo integral, inclusivo y sustentable. En serio?, estamos en un país donde los hombres tienen mejores sueldos que las mujeres, donde las industrias tiran desechos en sus ríos y mares, sin que se les fiscalice por ello.
Entre muchas otras palabras elegidas, también indicó: “vamos avanzar hacia una tolerancia cero en cuanto a la violencia en contra de la mujer”. En Chile desde 2018 hasta marzo de este año se han producido 138 femicidios.
Y entre sus grandes anuncios destacó: “ha llegado el momento del matrimonio igualitario entre todos nuestros compatriotas”. Una pregunta, quién va aprobar ese proyecto, porque los diputados de derecha no piensan hacerlo.
De todas formas me considero una persona positiva y trato de ver siempre el “vaso medio lleno” de las cosas, lo bueno de esta cuenta pública de Piñera, es que es la última.