Escribimos esta nueva cápsula no sin antes mencionar, que luego del asalto e incendio al local de la Federación Obrera de Magallanes (FOM) comenzó a notarse en el Congreso Nacional la preocupación de algunos parlamentarios, entre ellos, Pedro Nolasco Cárdenas Avendaño y Luis Emilio Recabarren Serrano, que mostraron especial interés, en los hechos de sangre que ocurrían en el austro.
En su intervención en la Cámara de Diputados, Cárdenas, miembro del partido Demócrata, y entonces parlamentario por Valdivia, se refirió a la serie de medidas de carácter social y sindical que la FOM propuso en beneficio de sus afiliados y familias, las cuales habrían causado resquemor en el mundo empresarial y político que dirigía el territorio. En cuanto al gobernador Alfonso Bulnes Calvo, Nolasco Cárdenas aseguró en el hemiciclo, que “El gobernador concurrió a presenciar los hechos disfrazado con patillas postizas”.
En tanto, el diputado por Antofagasta y líder del partido Obrero Socialista, antecesor del partido Comunista de Chile, Luis Emilio Recabarren, afirmó en la página 128 del tomo I de sus pensamientos políticos, que el prefecto de policía Aníbal Parada, sindicado como uno de los ejecutores del incendio de la Federación, había hecho años atrás, lo mismo en el norte:
“En Iquique nos molieron nuestra imprenta los soldados del Carampangue, al mando del mayor Parada, que después fue a Punta Arenas a quemar la imprenta de la Federación Obrera de aquella ciudad”.
Dijimos que el gobernador Alfonso Bulnes Calvo, abandonó el territorio el 10 de agosto de 1920. En las páginas 231 y 232, del libro “La masacre en la Federación Obrera de Magallanes”, investigación a cargo del periodista Carlos Vega Delgado, encontramos una interesante declaración efectuada por la autoridad, en que junto con enumerar varios hechos del período, describe algunas características de la Federación; además, de reafirmar y justificar la agresión a la sede de los obreros magallánicos. Esta declaración fue publicada en el diario “La Unión” de Valparaíso, el 31 de agosto de 1920.
“La Federación, o más bien el directorio anarquista que en los últimos años la venía rigiendo, usó y abusó del derecho a huelga; prodigó el boicot; decretaba con lastimosa frecuencia, por causas pueriles, el paro general; intervenía en el régimen interno de las industrias; hostilizaba, hasta hacer salir del Territorio, falto de sustento, a todo obrero que quería mantener su independencia, ajeno a la Federación, y amenazó sistemáticamente a los patrones que discutían sus acuerdos, llegando a exponer nominalmente expulsiones de trabajadores, capataces o empleados de las empresas”.
Con respecto a los hechos del 27 de julio, Bulnes Calvo fue categórico en respaldar el accionar de los elementos que asaltaron el local de la Federación.
(…) “El martes 27 salieron al trabajo gran parte de los obreros, como de costumbre, pero fueron retirados muy pronto de las distintas faenas por comisiones de la Federación, que ordenaron el paro general, y el paro general se produjo y duró cinco días (…) Puede el infrascripto afirmar a US., sin temor de ser contradicho, que el incendio de la Federación Obrera de Magallanes, sean cuales fueren sus causas, ha saneado al Territorio”.
Sin lugar a dudas, la disposición del gobierno central hacia Magallanes, comenzó a cambiar con la llegada al poder de Arturo Alessandri Palma, en 1920. Por una parte, se reactivó la polémica en torno a la posibilidad de suprimir la Aduana de Magallanes. Sin embargo, los gobernadores designados por Alessandri, claramente demostraron no estar la altura de las circunstancias.
De este período sobresale el hombre que hacía de jefe en el Apostadero Naval, el contralmirante Arturo Swett, quien, al menos, en cuatro períodos, le había correspondido asumir como gobernador interino. En los cuatro meses que duró en el cargo, (4-10-1924 hasta 8-2-1925) obtuvo los recursos para que se iniciara la construcción de la primera parte del camino Punta Arenas-Puerto Natales; el diseño de la primera población obrera en nuestra ciudad, como asimismo, del alumbrado eléctrico para Porvenir.
Swett debió alejarse de Magallanes, al ser nombrado comandante en jefe de la Escuadra Nacional.
Es la época que muchos historiadores denominan de “anarquía política”, la que podemos ubicar entre septiembre de 1924, con el llamado “Ruido de sables”, o manifestación de militares ante el Congreso Pleno para solicitar aumento de sueldos y de paso, rechazar la modificación que buscaba establecer una dieta para los parlamentarios, y la elección presidencial del 30 de octubre de 1932, que implicó el restablecimiento pleno del estado de derecho que rigió en Chile hasta la mañana del 11 de septiembre de 1973.
En este contexto, en la breve administración de Emiliano Figueroa Larraín, (1925-1927) se produjo el nombramiento del último gobernador que tuvo el llamado Territorio de Magallanes: el coronel Javier Palacios Hurtado.