En el marco de los preparativos que alista el gobierno frente a la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado que dio paso a la dictadura de Augusto Pinochet, se rumoreó el cierre del penal Punta Peuco.
Según recoge el medio Ex-Ante, el fin del lujoso complejo penitenciario que reúne a militares en retiro y exagentes del Estado condenados por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar sería oficialmente anunciado el próximo mes.
De acuerdo al mismo medio, el subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo (PC), habría instruido al director nacional de Gendarmería, coronel Sebastián Urra, sobre esta decisión en octubre del año pasado, en el marco de las gestiones de la conmemoración del 11 de septiembre.
Supuestamente, los 129 reclusos serían trasladados, después que se realicen las ampliaciones correspondientes, a las dependencias de Santiago 1 y Colina 1.
La idea de cerrar el lujoso penal había sido deslizada por el Presidente Gabriel Boric en mayo del año pasado, a modo de respuesta a una declaración de la ministra de Defensa, Maya Fernández (PS). En la ocasión, la secretaria de Estado había afirmado que “el penal especial de Punta Peuco no debe continuar”.
Ante este comentario, el mandatario fue tajante: “Las cosas no se anuncian, se hacen”.
Sin embargo, después que trascendiera la supuesta iniciativa, el subsecretario de Justicia descartó haber instruido a Gendarmería sobre el fin de Punta Peuco.
“Quiero ser bien categórico al respecto. No hay ninguna instrucción formal ni informal para el cierre de Punta Peuco, que yo haya dado al Director Nacional de Gendarmería”, sentenció esta tarde Jaime Gajardo.
Punta Peuco fue creado en 1995 por el expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle para recibir al general en retiro Manuel Contreras y el brigadier Pedro Espinoza, sindicados como los responsables del asesinato de Orlando Letelier, exministro de Defensa de Salvador Allende y primer alto funcionario gubernamental en ser detenido por los militares.
El penal ha sido cuestionado debido a sus lujosas instalaciones, considerando que los violadores de derechos humanos cuentan, hasta la fecha, con habitaciones privadas y un baño personal.
Además se permiten electrodomésticos, equipos de radio, televisores satelitales y computadores, y también tienen acceso a una multicancha, una cancha de tenis y una biblioteca, situación privilegiada comparándola con otros recintos penitenciarios del país.