Luego de ocurrida la amenaza a través de un mensaje anónimo por redes sociales, donde se afirmaba que «Todos en el Cervantes morirán, tiroteo», las clases fueron suspendidas en el Colegio Miguel de Cervantes, ubicado en calle Mejicana 216, en Punta Arenas, con el fin de resguardar a la comunidad escolar y educativa.
Dicho día al lugar llegó Carabineros, Seguridad Ciudadana y la Policía de Investigaciones (PDI), esta última, encargada de la investigación correspondiente para dar con el paradero de la persona que realizó la amenaza. Ya teniendo los resultados de la investigación y las conversaciones correspondientes con el Centro de Padres del colegio, este último emitió el siguiente escrito de manera informativa para los apoderados del establecimiento:
«Con respecto al oficio entregado por el colegio el día de viernes recién pasado sobre a la
suspensión de clases del martes 14 del presente mes por una amenaza en contra los alumnos del colegio,
la información que se puede entregar es; que efectivamente se trato de un menor de edad que realiza un
comentario en una red social, sin medir las consecuencias que este traería, al creer que sería solo una
“broma”, lo que repercutió una serie de inconvenientes mayores en toda la comunidad.
Como Centro general de Padres en consulta por las medidas que se tomaran al respecto, al
conocer la identidad del menor, concordamos plenamente en las acciones tomadas, las cuales son:
-Nos encontramos en la espera de la determinación que entregará la justicia, por lo que continua
un proceso en curso.
-De tratarse de un menor de nuestro establecimiento se tomarán medidas correctivas, tal como
ya se ha mencionado en reuniones de apoderados, y de ser necesario se informará con
posterioridad.
Evidentemente al tratarse de un menor de edad, se debe resguardar la identidad de este, como
también en el colegio que asiste, ya que hay un proceso judicial en curso como se menciona
anteriormente.
En lo que respecta a lo sucesivo, y lo que realmente nos importa es que dentro de todas las
incomodidades que este evento nos trajo a todas las familias de la comunidad escolar, podemos
entregar a nuestros niños la tranquilidad de que esto no fue más que un “mal momento” en el que se
debe sacar una lección y no se trató de una amenaza real.»
