Todos los sindicatos de trabajadores y trabajadoras de Nova Austral apuntaron duramente hacia las autoridades, que han guardado un silencio preocupante en los últimos días, y dejaron al descubierto que nada se ha solucionado, que la incertidumbre sigue tal cual, solicitaron reunirse con autoridades que tengan poder resolutivo, y abordaron la necesaria posibilidad de comenzar a dialogar en serio respecto de ideas serias y viables que permitan avanzar en dirección de una solución, y crear en conjunto una manera diferente de mirar la relación entre empresa y ecosistema, donde todo se observe a través del prisma de la sustentabilidad en todos los niveles.
La declaración pública es la siguiente»
«Ayer se conmemoró un día especial, el del trabajador. pero a quienes habitamos en un lugar tan
lejano como Magallanes, y particularmente en Porvenir, la capital chilena de Tierra del Fuego, el
escepticismo acerca del futuro de nuestra fuente laboral y el fruto del sacrificio de tantos años,
nos hace imposible tener algo que celebrar.
Para quienes conocen y han vivido en Magallanes, sabrán lo que conlleva subsistir acá. El clima
no perdona, el viento y el frio son compañeros de vida. Pero la vida sigue y la olla hay que pararla
igual como dice el chileno.
Pero hoy no hemos venido aquí, mediante la presente, a hablar de Punta Arenas damas y
caballeros, donde la situación de cesantía como la que aquí amenaza podría ser más fácilmente
absorbidas, aquí hemos venido a hablar de Porvenir, de lo que significa ponerle una lápida a la
capital de Tierra del Fuego, olvidándose de que nosotros también somos Chile, pero una vez más
la inoperancia de un gobierno centralizado evidencia la falta de conciencia que existe hacia el
progreso y el bienestar de quienes habitamos las zonas extremas.
Más de tres meses han transcurrido desde que las mesas de trabajo con el gobierno comenzaron
para abordar la problemática de Nova Austral, peleándose entre ellos por quien tiene el discurso
más bonito acerca de nuestra crisis, empatizando algunos nuestra causa para denotar humanidad
y de seguro fundamentar sus sueldos. Pocos son los que se han visto realmente involucrados y
comprometidos con nuestra causa, y no vale la pena mencionar a nadie aquí, pues cada uno sabe
muy bien lo que ha hecho.
Creen que en el fin del mundo no sabemos que la política es un producto de consumo y que
nosotros somos un posible sector consumidor, además de que también nuestra crisis se vende
bien.
Y salen ahora los distintos sectores políticos opinando sobre una historia que nunca les ha tocado
vivir. Desde sus cómodas oficinas en el centro de nuestro país se limitan a emitir juicios y castigos
sin detenerse a considerar ni por un momento en el alcance de las repercusiones que sus medidas
traen consigo.
A estas alturas no es sorpresa para nadie que el capital extranjero nos abandonó, puesto que la
incertidumbre jurídica que el mismo sembró y cosechó para sí, mediante la violación reiterada de
su responsabilidad para con la sustentabilidad y el respeto hacia las leyes que protegen nuestro
ecosistema, le han hecho imposible mantener viabilidad en su inversión. Todo esto posibilitado
por la ineficacia y precariedad del aparato fiscalizador de un Estado prácticamente ausente,
claramente por causa de una centralización nociva del gobierno.
Por otra parte tenemos a las poderosas ONG(s) transnacionales, invirtiendo obscenas cifras de
dinero en marketing, tanto para recaudar fondos para ensanchar sus arcas mediante donativos
de quienes en un fe ciega desean sentirse mejores personas contribuyendo a través de estas
instituciones al cuidado de los más vulnerables y del medio ambiente, así como también en
publicidad orientada a la crítica y difamación de cualquier industria que represente algún tipo de
competencia o entorpecimiento para los intereses de corporaciones que se ocultan detrás de
estas organizaciones pseudo filantrópicas, cual colonizadores ponen su dedo en el mapa al tiempo
que nos dictan la manera en la que debemos vivir, recurriendo a los más deshonestos mecanismos
para lograr sus objetivos.
Nosotros el día de hoy estamos cansados de propuestas absurdas, estamos colmados de
palmaditas en la espalda y compromisos incumplidos. Hacemos un llamado directo a nuestro
gobierno central, y a todas las carteras involucradas directamente, a la autoridad técnica e incluso
al mismo Presidente de la República.
Las y los trabajadores de todo el proceso productivo de Nova Austral, piscicultura Tierra del
Fuego, centros de cultivo que ya no tienen donde instalar a sus trabajadores, y planta de proceso
en Porvenir que es donde se concentra la mayor cantidad de trabajadores y por tanto de
afectados por la creciente incertidumbre, necesitamos comenzar a dialogar en instancias de
carácter resolutivo, ya no tenemos tiempo para elegir quien tiene el discurso más sentido. Les
hacemos este urgente llamado en nuestra condición de trabajadores no de empresarios,
inversionistas u ONG(s) que cuentan con recursos exorbitantes para campañas mediáticas.
El Estado en estos momentos no cuenta con estrategias y propuestas reales que le permitan
sobrellevar el cierre de esta empresa, donde prácticamente la totalidad de los contratos de
trabajo o de otro tipo son celebrados con habitantes locales, por lo tanto estamos completamente
abiertos a recibir y aportar ideas serias y viables que nos permitan avanzar en dirección de una
solución, y crear en conjunto una manera diferente de mirar la relación entre empresa y
ecosistema, donde todo se observe a través del prisma de la sustentabilidad en todos los niveles,
sin la necesidad de caer en radicalismos desconsiderados y desproporcionados que lo único que
desatará será una crisis económica y de representatividad, que si se continúa a éste paso, le será
imposible a cualquiera solucionar.»
