Por EFE
Con cerca de 500.000 personas, Chile es el gran refugio de la comunidad palestina fuera del mundo árabe, todos descendientes de una historia iniciada cinco generaciones atrás entre quienes escaparon primero de la dominación otomana y después de la ocupación israelí, y que han logrado integrarse de forma virtuosa en todos los sectores de la sociedad chilena.
Su numerosa presencia, esparcida con éxito en esferas sociales, económicas y políticas, está activa: concentraciones, velatones y charlas se han replicado a lo largo de la capital chilena para manifestar su apoyo a su tierra de origen en el enésimo episodio de un conflicto que dura generaciones
La razón por la que este país sudamericano se transformó en el destino predilecto de cientos de miles de palestinos no está clara. Múltiples olas migratorias que iniciaron a fines del siglo XIX dieron forma a esta comunidad que, tras arribar primero a Argentina, vio en Chile un mayor potencial para su desarrollo.
Poco a poco se hicieron prestigiosos comerciantes viajeros, surtiendo de víveres y abarrotes a zonas de rurales o de difícil acceso, además de proliferar en el área textil e incluso fundando clubes deportivos como Palestino, un referente en la ciudad de Santiago.
«Mantenemos un vínculo muy estrecho con Palestina, no solo yo, sino que la gran mayoría de los palestinos que vivimos en Chile que emigra forzosamente después de 1948 o de 1967, cuando Israel termina de ocupar ilegalmente el resto del país. En esos dos momentos históricos hay más de 550 aldeas arrasadas, masacradas, por tanto, quienes vivían en la zona norte y central huyen hacia el sur, entre ellos mi familia que eran de Jaffa, hoy Tel Aviv», contó Garib a EFE.
Estrechar ese vínculo con el afecto físico entre familiares resulta sumamente complejo: «No tenemos derecho a volver, al retorno, Israel lo ha dicho muchas veces, pese a que Naciones Unidas ha resuelto que los palestinos expulsados tienen derecho a volver a su tierra», dijo la médico sobre el origen del conflicto.
«Nos duele enormemente el nivel de destrucción que hoy sufre la Franja de Gaza por parte del ejército israelí. Entendemos que hay una agresión, pero también entendemos que eso es producto de 75 años de ocupación, apartheid y humillaciones. Esto que hoy se ve es lo que se vive permanentemente en Palestina, los palestinos son ciudadanos de segunda o tercera categoría».
En abril de 2021, Human Rights Watch volvió a señalar que lsrael comente crímenes de lesa humanidad impulsando políticas de Apartehid y persecución, en su intento por dominar totalmente el territorio.
Tras la primera Intifada (levantamiento) palestino en 1987, las organizaciones palestinas en Chile se transformaron y adquirieron un carácter más político, sobre todo es espacios estudiantiles, explicó a EFE el académico de la Universidad de Chile Gilberto Aranda.
«Ya entonces en el país la causa palestina tiene una adhesión no solo importante, sino que visible. Chile, a nivel institucional, ha mantenido una línea coherente en materia de política exterior respecto de este asunto», agregó.
Chile, detallaron expertos a Efe, apoyó la creación del Estado de Israel en 1948 junto con Estados Unidos y la Unión Soviética, impulsando respaldo total a la tesis de los dos Estados y rechazando los ataques a población civil.
Palestina «sufre permanentemente», dijo a EFE el académico de la Universidad de Chile Kamal Cumsille, y esa realidad de la tierra de origen nutre esa «emocionalidad» con que la permanece el vínculo con Medio Oriente.
Desde ahí, porque han pasado pocos días desde el incremento de las hostilidades, es difícil hacer una proyección sobre lo que vendrá.
«Naturalmente algo deberá cambiar porque efectivamente muchas veces hemos asistido a acciones y reacciones, ataques de Israel en la Franja de Gaza y nada pasa. Es probable que algún cambio se plantee luego del ataque de la resistencia palestina», subrayó el académico.