Creación del Grupo Escolar del Barrio Prat.
No está claro cuando se establece la primera escuela alrededor del sector, principalmente por los continuos cambios de numeración y domicilio que afectó durante las primeras décadas del siglo XX a los colegios sostenidos por la entonces Junta de Alcaldes hoy, Ilustre Municipalidad de Punta Arenas.
Manuel Zorrilla Cristi en su documentado trabajo en dos tomos, “Magallanes en 1925”, publicado precisamente el citado año, realiza un detallado y significativo informe sobre la evolución histórica de la instrucción pública en Magallanes.
El sistema educativo se clasificaba en fiscal, municipal y particular. En el primer ítem estaban las reconocidas escuelas, Superior de Hombres N°1 y N° 2 de Mujeres en Punta Arenas. A esto se agregaban los liceos de Hombres y de Niñas. El ámbito particular congregaba en todo Magallanes un total de diez instituciones, el colegio San José, el Instituto Don Bosco, el colegio y Liceo María Auxiliadora, el colegio Sagrada Familia en Punta Arenas; Santa Teresa en Porvenir, María Mazzarello en Puerto Natales, los colegios, Alemán y Británico, la Escuela Nocturna Popular y la de Mina Loreto en Punta Arenas, además de los colegios atendidos por sus propias educadoras, Emma Bravo, Zillah Goudie, Julia Garay Guerra, y Carmen Nancul.
En cambio, el área que competía a la municipalidad involucraba una atención de 18 escuelas. Según Zorrilla, desde 1907 la Junta de Alcaldes prestó ayuda al fomento de la educación en el territorio, determinando la creación de aulas para atención diurna y nocturna y fijando un presupuesto anual para su manutención, que incluía el pago de sueldos, gratificaciones, arriendos y otros gastos, lo que equivalía a un 15% de sus entradas ordinarias. El sistema municipal contaba con un visitador de escuelas, y 34 profesores, 15 de ellos normalistas.
En el estudio aludido, Zorrilla nos dice que de las 18 escuelas atendidas por la Municipalidad, 6 de ellas se encontraban en el área urbana de Punta Arenas, otras 4 se hallaban fuera de ese radio: 1 en el Barrio Arturo Prat, 1 en Bahía Catalina, 1 en Río Seco y 1 en Tres Puentes. Las restantes se ubicaban en Porvenir (2), en Puerto Natales (3) Puerto Bories (1), Cerro Castillo (1) y Puerto Harris (1).
A fines de noviembre de 1927 el vespertino “El Magallanes” anunciaba que la comisión de alcaldes levantaba una propuesta para instalar el servicio del desagüe en la escuela Municipal N°17 del Barrio Arturo Prat. Es una de las primeras informaciones que se manejan en relación a la existencia de un centro de enseñanza en aquel sector de la ciudad.
Después, con la restructuración de la educación pública llevada a cabo por el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo cambiaron las numeraciones de muchas escuelas en Chile, a la par que se reubicaban a otras y se inauguraban nuevos establecimientos. En Punta Arenas ocurrió un poco de todo eso. La escuela municipal de niñas N°3 quedó asentada en la esquina de calle Angamos y Avenida España, donde actualmente funciona la Agrupación de Amigos de los Ciegos (Agaci) y la escuela N°15 en el inmueble ubicado en Zenteno entre general del Canto y general Salvo, que en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda se convertirá en la mítica escuela taller N°26.
El escenario comenzó a cambiar el 14 de enero de 1937 cuando se fundó la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales, una corporación de derecho público que aceptaba el aporte de capitales privados, que acometió la edificación de escuelas y liceos en todo Chile durante cuatro décadas. En el caso de Magallanes el punto de partida de este programa se inició luego de la visita que hiciera al austro el presidente Juan Antonio Ríos Morales, en el verano de 1944, luego de colocar la primera piedra del futuro Grupo Escolar del Barrio Arturo Prat.
Se trató de una obra inédita por la complejidad de la infraestructura que consideraba unir, dos edificios, que pudieran albergar una escuela para niños y otra para niñas. La construcción en sí misma representaba un reto de ingeniería porque consideraba dividir la mole en cuatro bloques, que aunque independientes, actuaban unívocamente ante la eventualidad de movimientos sísmicos.
Los trabajos comenzaron en febrero de 1944 y se extendieron hasta el 14 de junio del mismo año, principalmente en la excavación del lugar. La falta de materias primas obligó a reanudar las obras el 1° de octubre. A contar de ese momento, se emprendió la obra gruesa con 60 obreros, que debieron superar todo tipo de dificultades, falta de ladrillos, escasez de cemento, problemas de transporte, entre otros.
Luego de casi dos años de labor ininterrumpida, se levantó un edificio que contemplaba la habilitación de salas amplias y cómodas; un gimnasio para ser empleado también, como salón de actos; sala comedor para servicios de desayuno y almuerzo escolar; baños con ducha fría y caliente; guardarropías, salas para la Dirección y el Profesorado, sala de costura y de trabajos manuales; servicios higiénicos, sala dental para servicios médicos, biblioteca, sala taller y una casa anexa para ser ocupada por el director o directora del establecimiento.
Finalmente, el edificio que pasó a cobijar a las escuelas N°3 de niñas y N°15 de niños fue entregado a la comunidad el 21 de mayo de 1946. Para la ocasión, se contó con la presencia del inspector general de la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales quien, después de enumerar los aportes realizados por la Sociedad Menéndez Behety, la Compañía de Navegación Interoceánica y la Junta de Beneficencia, al cierre aspecto de su discurso mencionó lo siguiente:
“La Sociedad ha construido ya a lo largo del país más de 150 escuelas, en las cuales reciben educación 120 mil niños y tiene numerosos edificios en construcción para más de 30 mil alumnos”.
El Barrio Prat estrenaba así, el primer Grupo Escolar que se construyó en Magallanes. Pronto vendrían nuevos edificios para otros colegios y liceos.