«Les aviso que viene más. Pronto se van a enterar. Vamos a llamar a (sesiones) extraordinarias (en el Congreso de la Nación) y enviar un proyecto de ley para la modificación del Estado», anunció hoy el presidente de Argentina, Javier Milei, quien ayer presentó en cadena nacional un ambicioso proyecto que prevé reformar más de 300 normas y leyes.
La intención del mandatario ultraliberal, de profesión economista, es desregular los sectores de la economía que a su juicio estarían atenazados por una maraña de disposiciones burocráticas y proteccionistas que impiden que repunte la inversión productiva y que la actividad económica se fortalezca.
«Hemos detectado, entre leyes, regulaciones y demás normativas que dificultan el funcionamiento de la economía y una sociedad libre, cerca de 380.000 regulaciones. Queremos desmontar esa máquina de impedir», declaró esta jornada en radio Rivadavia.
La batería de medidas para desregular la economía y el sector público fue recibida con desagrado por un sector de la ciudadanía, es así como después de que el mandatario anunciara el plan la noche del miércoles, cientos de manifestantes se concentraron en las inmediaciones de la sede del Congreso de la Nación.
La movilización nocturna, que se prolongó hasta bien entrada la madrugada, también se dejó sentir en diversos barrios de la capital y otras ciudades del país, donde vecinos y vecinas protagonizaron una ruidosa protesta desde sus ventanas y balcones haciendo sonar cacerolas.
«Puede ser que haya gente que sufra el síndrome de Estocolmo, que está enamorada del modelo que la empobrece», replicó Milei en la entrevista con Rivadavia, para luego agregar que piensa que el rechazo de una parte de la población a su proyecto político es equiparable con la emoción que suscitan las ideas de la izquierda radical.
A su vez el nuevo jefe de Estado advirtió a los legisladores que no apoyen en el Congreso su plan: «Quedarán en evidencia frente a los argentinos quién está en contra del progreso y quién es casta», manifestó de forma rotunda.
Si bien admitió que algunas de las medidas son «antipáticas», puntualizó que para frenar la elevada inflación -que en noviembre pasado superó el 160 % anual– es necesario adoptar el programa de estabilización anunciado por el nuevo ministro de Economía, Luis Caputo, el pasado 12 de diciembre.