Como si fuera un eterno déjà vu, una repetición constante de los acontecimientos, un mismo escenario periódicamente, las mismas decisiones, los mismos enfrentamientos, las peleas de siempre, y los apellidos repetitivos… Una soberana lata.
Cabe bien mencionar, que el déjà vu es un fenómeno psicológico que consiste en la sensación de haber vivido antes una situación nueva, pero que en realidad nunca ocurrió. Hay variadas y distintas teorías científicas y filosóficas que intentan explicar sus causas psicológicas, pero ninguna es definitiva. El filósofo francés Emile Boirac fue uno de los primeros en estudiar este extraño fenómeno y quien le dio el nombre en 1876.
Eso es lo que experimentan muchos a nivel local, y fuera del territorio propio, frente a diferentes cuestiones de la vida. Pero sobretodo frente a la política, y las decisiones que toman los políticos, y también alguno medios de comunicación.
Fíjense en la incongruencia mezclada entre política, amiguismo, comunicaciones y una burda operación que más huele a favor y conveniencia, que a la realidad misma. El Pinguino azota al Gobierno día a día con el tema de la inseguridad y los constantes y permanentes episodios de delincuencia, y descontrol que existe en las calles de Punta Arenas. Pero en la edición de este domingo alaban al cada vez más disminuido seremi de Gobierno, Andro Mimica, destacando los «avance en seguridad» y relevando su «satisfacción por lo logrado en materia de seguridad en la región más austral de Chile». Un chiste. Un burdo chiste.
¿Nadie le dice a Mimica y a El Pingüino que estas cuestiones dan vergüenza ajena?
Mientras siguen intentando reírse de la gente con entrevistas de este estilo, y vanagloriando al vocero de Gobierno que logró destronar a Arturo Díaz como el peor de la historia, las cosas siguirán su curso repetitivo.
En Convergencia Social decidieron apoyar las primarias para definir un nombre para las municipales de octubre en Punta Arenas. Aunque algunos habían comprometido el compromiso de apoyar a Verónica Aguilar (IND), finalmente sucedió lo de siempre. Avanzarán en primarias, y seguramente llamarán a votar por Dalivor Eterovic, quien será candidato por el PC. Siguen firmes en esa lista ya casi confirmada Cristian Gallardo (PS) y Juan Morano (DC). Entre los cuatro saldrá el representante del progresismo.
En Natales no habrán primarias, aunque corre fuerte el rumor de que la alcaldesa Antonieta Oyarzo no iría a la reelección. Aún está en ascuas el camino a seguir, sobretodo después de la magra administración de Oyarzo y de la bajísima percepción positiva por parte de la comunidad.
Porvenir, que tenía todo para llevar adelante primarias, finalmente se aferra al déjà vu también, y Gabriel Parada tiene el apoyo para ir a la reelección.
Los enredos en la derecha y extrema derecha son similares, aunque no lo quieran aceptar. Porque entre ambos lados se intentan diferenciar, pero al final son lo mismo con distintos nombres. Los formatos son iguales, las peleas son parecidas, las ambiciones de poder son calcadas, los acuerdos no respetados, o los nuevos acuerdos que finalmente no se respetarán, y así, rueda que rueda.
Porque es un constante déjà vu. Cambian los nombres, algunos apellidos, un par de caras nuevas que quieren ser parte del conveniente y satisfactorio déjà vu. Y así se teje nuestra política.
Y vuelven los miedos y las confabulaciones. El otrora y ya añejo conflicto entre Bianchi y Marinovic, que más fue de confrontaciones personales que de real política. Y los del Partido Republicano que culpan a Arturo Storaker (UDI) de no respetar acuerdos que también se hicieron entre cuatro paredes, y así, el déjà vu se apodera de todo. De los medios, de las directivas políticas, de los canales, y de hasta esta misma columna de opinión.
Nos envuelve, y nos hace ver lo mismo cada vez que nos enfrentamos a esta etapa del ciclo electoral y político. Y vuelve todo a ser como siempre. Con más ignorancia que estrategia, con más tozudez que inteligencia.
Pero por sobre todas las cosas, con más ansias de poder que con el real deseo de hacer buena política, independiente y autónoma. Sin dependencias de grupúsculos sin contenidos, y con discursos que repiten e incluso se fundamentan en la mentira. Para que más ignorantes los sigan y se las crean. Porque es más fácil arrear una manada de ilusos que una llena de urgidos por saber.
Al final de cuentas, más ciego no puede haber, que aquel que no quiere ver.