La política es el arte de lo posible… Es por eso que cuando empiezan a sobresalir los egos e intereses individuales esa frase tan trascendente comienza a valorizarse aún más. Las confianzas en política, como en la vida, son fundamentales para poder creer y apoyar diversas situaciones a las que nos enfrentamos. Y cuando las confianzas se pierden ese castillo de naipes que tanto cuesta armar se desmorona en un dos por tres.
Soberbia, sordera, ceguera, y el aislamiento profundizado por comenzar a convencerse (sin ser verdad) de que te has convertido en líder, o en una especie de iluminado o iluminada que puede contra todos y contra todo. Como si las rabias y heridas de la vida se fueran haciendo carne y las trataras de sanar con comportamientos egocentristas y llenos de decisiones autoritarias y poco comprensibles.
Eso ha estado pasando en nuestra política. Lo de las primarias en la centro izquierda es ejemplo de aquello. No vale la pena volver a identificar las pésimas determinaciones tomadas hace varias semanas, que concluyeron con los enredos horas antes del cierre de la inscripción a primarias de la semana pasada. Sencillamente no se entiende, y tampoco pareciera que interesa mucho el entenderlo. En el caso de la derecha pasa lo mismo con la Gobernación Regional. Unos van por un camino, y los otros por uno distinto. Nuevamente enfrentarán una elección de manera separada, porque sus orgullos e intereses son más fuertes. Así de simple.
Pareciera que hay que buscar ese talento perdido en las preparaciones de cada uno, para poder decidir de la mejor manera posible a los respectivos representantes. A esta altura, y luego de todo lo ocurrido, el progresismo deberá inclinarse con responsabilidad por las preparaciones y aptitudes profesionales de cada una de sus candidaturas. La responsabilidad ciudadana se debe fundamentar en aquello, y no en otras cosas superficiales, que a la hora de escenarios cruciales se hace sencillamente prioritario. La preparación, lo técnico y los conocimientos adquiridos tienen que ser elementales para que la gente elija a sus representantes.
Y los partidos políticos, tendrán que ser responsables a través de sus militancias respecto de quién votar. Los socialistas por socialistas, los comunistas por comunistas, y los radicales por la independiente que habían desechado un par de días antes que decidieran volver a prestarle el timbre para que participara en la primaria. Y la gente sin militancia, tendrá que buscar (si quiere ir a votar) a quienes encuentren que pueden hacerlo mejor que esta administración municipal de los últimos ocho años. Y claramente esa administración municipal incluye al alcalde y su Concejo Municipal.
Por el lado de la derecha, nos encontramos con dos candidatos que intentarán sacar a Flies de la gobernación. Pocas posibilidades se ven, en todo caso. El discurso y sus acciones son tan repetitivas como cansadoras. Por un lado, un tipo con trayectoria y recorrido, y por otro una persona desconocida para la ciudadanía. El primero con gran experiencia en el sistema público con cargos en diversas reparticiones con administraciones de derechas. El otro, socio de una constructora que en los últimos tiempos ha sido una de las que más licitaciones de la Municipalidad de Punta Arenas y el SLEP ha ganado.
Y bueno, siempre aparecen estas cosas, y siempre ligadas a la gente que hace política. Ya será el mismo candidato el que podrá explicar el éxito en la formulación de propuestas para licitaciones públicas. Lo mismo de siempre, se reclama contra el Estado pero se vive de él. No es el primero, ni será el último lamentablemente.
La expectativa que tienen algunos respecto del éxito pero que esté basada únicamente en anhelos personales y sin un análisis estratégico de la realidad, se termina convirtiendo en una ilusión demasiado peligrosa. Esta percepción distorsionada por nuestros intereses nos lleva a interpretaciones erróneas, que tendrán como desenlace sorpresas desagradables.
Bien decía alguien por ahí que en la política «los triunfos se construyen, no se desean».
Ciertamente, la sorpresa en política se da por la falta de preparación o la negativa a enfrentar la realidad. Es indispensable la estrategia, el realismo, la anticipación y la capacidad de adaptarse. Y ojalá nunca olvidar que «la única cosa que es más cara que la educación es la ignorancia…».