Para los constructores, sería tener una buena zapata. Para los entrenadores sería como armar el equipo de atrás para adelante. Para los estilistas sería una buena base de maquillaje… y para los que construyen y administran una sociedad, sería planificar desde lo más básico para luego soñar en grande.
Así tienen que ir primero los servicios básicos, la vivienda, la salud, nuestros adultos mayores y por supuesto que la seguridad pública. Así lo diría el psicólogo humanista Abraham Maslow, que de seguro tendría igual opinión que los vecinos de Monte Verde, Selknam en Porvenir, Dorotea en Natales, Puerto Edén y Puerto Toro.
Magallanes es una tierra y paraíso enorme, con tanto potencial y tanto por hacer, que se necesita de una gestión eficiente, que sea capaz de resolver los eternos problemas básicos, generar ahora las condiciones para la inversión, el empleo y asimismo poner la cabeza en la soberanía y desarrollo del enorme paraíso…. Pero siempre con los pies a tierra, si aquella aún sin pavimento, sin red de agua potable, ni colector de alcantarillado.
Hace tres años que Magallanes está congelado y con una inercia que no se ha logrado romper. He señalado estas semanas que lo que más ha aumentado en la región es el desempleo y la delincuencia. Lo avalan las cifras y la percepción de inseguridad de quienes vivimos la época de los Cevas, de los patrulleros escolares, de los trineos por las calles y de entrar a la casa del vecino tirando del cordel en la puerta de la cocina.
Costará muchísimo recuperar esa seguridad en las casas y plazas de nuestra región, porque se ha descuidado la frontera y el ingreso de extranjeros que vienen a delinquir agrava la situación. Falta esa decisión fuerte que entregue señales y sobre todo más recursos a nuestras policías, con tecnología y por qué no, solicitando la expulsión inmediata de aquellos que han causado daño y son un riesgo para nuestra sociedad.
El desempleo está golpeando fuerte y hemos visto a la autoridad titubear a la hora de impulsar más fuentes de empleo, teniendo herramientas efectivas que utilizar. Las obras públicas, la construcción de viviendas y las obras para pequeñas constructoras Pymes son parte de la política de gasto fiscal que en Magallanes ha sido débil. La falta de gestión y apoyo a la inversión privada es el otro factor que el gobierno regional ha olvidado, limitándose al discurso y a celebrar eventuales futuras llegadas de inversionistas ángeles. Hace rato que el maná no cae del cielo y para que se concreten inversiones en salmonicultura, pesca, turismo e industria deben estar las condiciones, eliminarse las incertidumbres y tomar decisiones ahora.
La salud en Magallanes es otro de los síntomas que indican que “la cosa esta mal”, echando por tierra la hipótesis de que esta vez sí que un médico llegaba con la receta para no tener listas de espera de operaciones, de exámenes, y para tener la infraestructura de salud suficiente en toda la región, y más especialistas…. Nada de ello ha ocurrido y ni con un médico a la cabeza del gobierno regional nuestra región tiene más y mejor salud.
La necesidad de un cambio de timón, de acelerar y hacer gestión pública para que Magallanes salga a flote, es evidente. Nadie puede vivir de los anuncios y pasar años sin concretar los sueños de la gente. Así de franco debemos ser al momento de ponernos al servicio de nuestra región.
La tarea para salir adelante es dura, más no imposible para quienes tenemos una gran experiencia en el sector público y privado, conocemos la región palmo a palmo y sobre todo hemos demostrado hacer gestión en favor de nuestra gente. Por ello titulé así esta columna, con la frase de Winston Churchill en el parlamento británico en mayo de 1940, cuando la situación de la segunda guerra era muy difícil… “I have nothing to offer but blood, toil, tears and sweat”.