Al Presidente Barros Luco, desde hace más de 100 años, se le conoce no sólo por su afamado sándwich de carne y queso, sino que también por su frase durante su gobierno: “Hay dos clases de problemas: los que se resuelven solos y los que no tienen solución”… claro que Ramón Barros Luco si tuvo luces para construir grandes obras, como el puerto de San Antonio o el Archivo Nacional y el Museo Histórico Nacional.
Luego de escuchar en el festival de boxeo organizado por Chocolate Fernández, al más longevo de dos amigos que habría los fuegos con la frase, “La cosa está mal”, y el más joven que no paraba de dar ejemplos de sus vecinos y de que “cada día hay menos pega”… uno dice, si el análisis está listo y la frase de Barros Luco cobra total vigencia.
El balance de problemas en Magallanes está lleno de deudas con nuestra gente y a las promesas incumplidas y anuncios sin corte de cinta, se le vienen a sumar variables externas que mantienen en la inercia al gobierno regional. Ni siquiera los servicios básicos para miles de magallánicos del periurbano de nuestras ciudades han encontrado solución, y los problemas más duros para toda la comunidad se han agravado: la salud y la delincuencia.
Las carencias en la atención de salud de la gente en Magallanes son enormes y la condición de médico de quien está a la cabeza del Gobierno Regional no ha logrado focalizar en soluciones permanentes para evitar las abultadas listas de espera en operaciones y exámenes de salud. El diagnóstico desde muchos años apunta a la falta de médicos especialistas y también de la falta de gestión, por ejemplo, para hacer convenios con otros centros hospitalarios y traer rondas médicas. Los problemas no se solucionan solos, la gran mayoría de la gente no se puede retirar de las listas de espera. Y del atraso en los proyectos de infraestructura hospitalaria, que pareciera ser más fácil, se siguen postergando obras para la salud primaria como nuevos Cesfam y edificios críticos para la salud mental y la geriatría, que permitirían descongestionar el hospital clínico. Como diría una vecina, “no se necesita ser médico para darse cuenta de esto”.
Un indicador que ha aumentado en Magallanes en estos últimos tres años, es la delincuencia y en gran medida de la mano de un flagelo, el tráfico de droga, que sigue ingresando, que causa temor, golpea a nuestros jóvenes y ha puesto en jaque a nuestras fronteras. A la delincuencia le falta una mano firme y dejar de mirar para el lado y esperar que las policías con limitados recursos lo solucionen todo. Nuevamente, los problemas no se solucionan solos y el Gobierno Regional teniendo la oportunidad de aportar, sigue al debe.
Hace un tiempo, tuvimos que salir a decirle al Gobernador que estaba equivocado, cuando pretendía no involucrarse en el grave problema del desempleo. La principal autoridad de la región no puede mirar al cielo cuando la tasa de desempleo está llegando al 7%, muy lejos de la tasa que en promedio se mantenía por años bajo el 3%. Primero, porque en Magallanes el empleo vinculado a las obras publicas y vivienda, tiene directa relación con la gestión del Gobierno Regional y sus socios ministeriales. Y segundo, porque es tarea de la autoridad preocuparse y apoyar a la inversión privada y el empleo que genera.
En la mirada del Gobierno Regional y según la parte de la frase de Barros Luco, “que algunos problemas no tienen solución”, vemos como se le ha puesto freno a la salmonicultura y las autoridades sólo miran como se defiende Pesca Nova; no hay un apoyo en los mercados para la pesca artesanal; la ganadería vive su peor momento; la construcción está lenta y detrás de todo este complejo escenario sufren el transporte y el comercio.
Estamos ante un fallo sistémico en Magallanes, con señales y expectativas de crecimiento muy bajas, por lo que no se puede seguir haciendo más de lo mismo y seguir diciendo y prometiendo siempre lo mismo. Es hora de un cambio, de una gestión que logre concretar la solución de tantos problemas y capaz de potenciar las grandes oportunidades de Magallanes y la Antártica Chilena. Y por supuesto no seguir creyendo que los problemas se solucionan solos y simplemente que no tienen solución.