Es extraño escuchar a la candidata vencedora de la primaria de la centro izquierda decir que ella es independiente, y que no le preocupa la soledad en que se le vio durante su campaña ya que tiene «el respaldo de la gente». Lo primero porque durante años fue militante del Partido por la Democracia (PPD) y llegó a ser concejala de Punta Arenas justamente por un cupo de dicha tienda política. También, además, porque el domingo pasado participó dentro de un cupo de un partido político (Partido Radical), quienes le cedieron el espacio tras su fallido intento de ser ungida como la candidata de Convergencia Social.
Y lo segundo, porque sencillamente ella es precisamente la candidata de los partidos políticos del sector luego de haber ganado la primaria de los partidos políticos del sector. Parece redundante, pero no lo es. Solamente para que quede claro lo extraño que suena, y que han sonado sus declaraciones días después de haber obtenido los 2.500 votos que la hacen representante de la izquierda a nivel comunal.
Es cierto que esperó ser nombrada como la única opción dentro de su sector, pero sus dimes y diretes, y la falta de confianza que dejó como estela luego de cada reunión con dirigentes de partidos de izquierda, o de centro izquierda, decantaron en que cada colectividad levantara a su candidato o candidata para hacer una primaria.
Ni hablar de los rasgos de cancelación, y el poco gusto por la libertad de expresión al molestarse por alguna columna o crónica donde se le critica con fundamentos e información clara y precisa. Preocupante.
Al parecer, su molestia fue tanta que esa rabia se vio reflejada durante la campaña, y en sus dichos posteriores al triunfo, de características escuálidas producto de la pobre participación. Un paupérrimo 4% del padrón electoral comunal. Nada para ilusionarse o para comenzar a golpear la mesa.
Y eso, justamente eso, es lo que se escuchó en la entrevista en Polar el día lunes, y similar cuestión en la entrevista dada a La Prensa Austral. Declaraciones que fueron comentadas en los fueros internos de los partidos del sector, y que rechazan con dureza e incluso algunos bajándose de cualquier posibilidad de apoyarla en octubre. «No volver a cometer los errores del pasado», dice con soltura, cometiendo errores aún peores como mostrarse por encima del conglomerado que le permitió competir. Esperando que sean los partidos los que se acerquen a ella, y no ella dirigirse a golpear las puertas de esas colectividades.
No sabe aún, la concejala, que para ser líder o convencer al resto de que uno lo es, se debe ser y parecer. Los líderes buscan la unión, aglomeran fuerzas, no provocan divisiones, no dejan a nadie fuera del camino, entienden que siempre, pero siempre, será mejor sumar que restar. Que la altanería y la soberbia no son armas que sirvan en la política, y menos en una ciudad no tan grande como la nuestra.
Claramente nos enfrentamos a otra persona, y se nota en las formas que ha elegido, o simplemente le han nacido de manera natural. Hemos perdido a una concejala, para ver brotar algo que está lejísimos de convertirse en la vocera de la izquierda puntarenense. Es verdad que la participación ciudadana es elemental en carreras de estas características, pero se necesita aún más. En equipo y preparación. En conocimiento y no solo por el hecho de ser concejala de una comuna. Se necesita criterio y fundamentos profundos de cómo se comporta una autoridad, o alguien que pretende serlo.
Estamos hablando de cosas serias y que requieren de experiencia y manejo absoluto del servicio y la administración pública. De personas ultra capaces como parte de un equipo que no solamente sonría y conozca gente, si no que también conozca la pega que se debe hacer.
O nos inventamos algo que no era, o sencillamente nos metieron el dedo en la boca. Porque de liderazgo, humildad y formación profunda por lo menos hasta el momento nada se ha visto.
Y cada vez queda menos tiempo, con otras alternativas que ya comienzan a asomarse como nuevas vías para octubre, y con el anuncio tan temido para varios… El alcalde Claudio Radonich ha decidido ir a la reelección.
Y algunos ya rezan, «más vale diablo conocido, que por conocer…».
