Nuestro amigo Moisés Quelín radicado en Chiloé desde hace unos meses, revisando las RRSS nos comunicó la noticia del fallecimiento en Santiago, de quien fuera la primera visitadora social que tuvo el Barrio 18 de Septiembre.
Para dar una idea de lo que vamos a reseñar, señalamos que eran tiempos muy distintos a los actuales. Hacía pocos años que se habían entregado los primeros 168 sitios que permitió a familias de muy bajos recursos, iniciar la autoconstrucción de sus primeras viviendas en un área de apenas siete calles. Sin agua potable, ni alcantarillado, sin luz eléctrica ni gas domiciliario, los vecinos levantaban con diversos materiales, maderas y latones, cartones, fonolitas y zinc, sus precarias casas fuera del radio urbano de Punta Arenas. La entrada en vigencia del Puerto Libre (1956) permitió que algunos regidores de aquel entonces, René Lillo González, Armando Barría Triviño y Ernesto Guajardo Gómez principalmente, entregaran a nuevos ocupantes, sitios de 12.5 metros de frente por 25 metros de fondo. Se levantaron cientos de precarias viviendas, usando como excusa el artículo 10 de aquella franquicia aduanera, que incentivaba a la construcción de habitaciones populares. De esta manera, a fines de la década del 50 del siglo XX, cuando la calle Prat señalaba el límite poniente de la ciudad, la llamada población 18 de Septiembre contaba ya con cerca de diez mil almas.
Nota acerca de los inicios del consultorio y labor de Victoria Rodríguez en la fundación del primer Centro de Madres de la región.
En ese contexto, luego del dramático invierno de 1958, el entonces Servicio Nacional de Salud emitió un lapidario informe sobre las deficiencias en infraestructura y salubridad que afectaban a las poblaciones autoconstruidas de Playa Norte y 18 de Septiembre. Las autoridades sanitarias determinaron instalar a la brevedad, en este último sector, un consultorio para atender las apremiantes necesidades de la población materna infantil.
Con el apoyo económico del Rotary Club, de distintas casas comerciales y de particulares, una cuadrilla de trabajadores de la misma población 18 construyó un pequeño edificio de madera que fue habilitado como Policlínico, e inaugurado el 25 de octubre de 1960. En este escenario se produjo, en el verano siguiente, la llegada de la visitadora social Victoria Rodríguez Robles. Venía con el claro propósito de implementar un proyecto que consideraba la realización de un amplio programa de actividades, tendientes a mejorar las condiciones de vida de las familias más modestas del lugar.
Victoria Rodríguez en un reencuentro con integrantes del antiguo Centro de Madres.
Para empezar, elaboró un programa radial y de prensa escrita donde explicaba a la comunidad los objetivos del proyecto y de los logros obtenidos semanalmente. De esta manera, Victoria Rodríguez constituyó en la 18 de Septiembre el primer Centro de Madres de Magallanes, una medida inédita y renovadora, en momentos en que se desconocía absolutamente a estas organizaciones en el país. Recordemos que los primeros Centros de Madres en Chile nacieron como un acto de caridad, en donde mujeres pudientes, de manera independiente, vinculadas tradicionalmente a la iglesia Católica, ayudaban a las mujeres más desposeídas. La otra versión indica que Graciela Letelier Velasco, esposa del presidente de la república Carlos Ibáñez del Campo, creó en la segunda administración de su marido, 1952-58 el CEMA (Centros de Madres).
Rodríguez trató de adoptar y adaptar a la realidad local lo mejor de ambas interpretaciones: al alero del Centro de Madres de la 18 surgió el Espacio Adolescente y la Guardería Infantil, que en lo medular, buscaba dejar a niños y jóvenes a cargo de monitores para que las madres y jefas de hogar pudieran trabajar en otros puntos de la ciudad y obtener así alguna remuneración.
En poco tiempo, el Centro de Madres llegó a contar con más de 60 integrantes. Dos o tres veces por semana, se reunían al interior del Policlínico para aprender diversos oficios como economía doméstica, tejido y costura. Por medio de rifas y bingos compraron algunas máquinas de coser, lo que les permitía comercializar sus propios productos cada fin de año. Algunas de las mamás que fundaron la agrupación: Carlina Aguilar, Silvia Ampuero, María Aros, Silvia Benavides, Julia Canales, Margarita Cárcamo, María Caro, María Coliboro, Mercedes Durán, Graciela Fuentealba, María Isabel Garcés, María Low, Silvia Moraga, Filomena Nahuelquín, Delfa Paredes, Blanca Pérez, Érica Toledo, Tránsito Torres, Rosalba Tureuna, María Vargas.
Otra de las innovaciones propuestas por Victoria Rodríguez fue la creación de un Bar Lácteo el que funcionaba al interior del Policlínico. Creado el 1 de noviembre de 1962 entregaba hasta menores de doce años, porciones de leche caliente con chocolate o de leche con vainilla, los que se bebían al interior del consultorio. Un informe de la época, estableció que, para mayo de 1964, alrededor de mil niños menores de seis años acudían al Bar Lácteo. A su vez, en el Policlínico se suministraron 227 golpes vitamínicos y hubo control de embarazos a más de 100 madres.
Acompañados del amigo fotógrafo Robinson Bastidas Levicoy, tuvimos la oportunidad de conocer y entrevistar a Victoria Rodríguez Robles para nuestro proyecto “Epopeya del Barrio 18 de Septiembre: La Comuna”. Pudimos compartir con ella y con varias de las integrantes fundadoras del Centro de Madres de la 18. La señora Victoria era una mujer de carácter resuelto, que pensaba siempre en futuros proyectos. Por eso la distinguimos en esta nota, porque su espíritu, decidido y generoso la vez, irradia el recuerdo de un pasado duro, lleno de esfuerzo y de trabajo solidario en beneficio de los más necesitados.