Historia Municipal de Magallanes. Parte III. [Por Víctor Hernández Godoy]

11 de agosto de 2024

Llama la atención que las sucesivas administraciones municipales de aquél entonces, tuvieron la capacidad de dimensionar en el mediano plazo como asimismo, de imaginar a la importancia estratégica del territorio de Magallanes en el futuro. Se daban cuenta plenamente del valor y significado de Punta Arenas como puerta de entrada al territorio nacional. En varias ocasiones, el médico y escritor Lautaro Navarro se refirió a nuestra ciudad como el “zaguán de la nación, la primera que visitaban los extranjeros que llegaban a Chile”. Desde un principio, algunos gobernadores y autoridades municipales comprendieron que el estrecho de Magallanes, no sólo importaba como canal interoceánico, sino que, su mayor preponderancia residía como vía de comunicación que permitía el transporte y desarrollo de la actividad comercial, económica y cultural, principalmente, con los países europeos.

Libro publicado en 1911 que contiene todos los reglamentos y ordenanzas publicados por Municipalidad en 15 años de labor

Otra característica que hizo famosa a las Comisiones de Alcaldes, fue su reconocida probidad. Un ejemplo de ello, lo encontramos en el contrato firmado con la firma Pearson & Son para dotar de agua potable a Punta Arenas. Para materializar la iniciativa, la Municipalidad suscribió un empréstito a quince años plazo con un 7% de interés anual con el Banco Tarapacá i Arjentina Ldo, aprobado por el gobierno de Germán Riesco el 18 de diciembre de 1905. Veinte días después, el 6 de enero de 1906 se colocaba en el Cerro de la Cruz la primera piedra del estanque que distribuiría el agua potable por la ciudad. Al respecto, el vespertino “El Magallanes” con una muestra de saludable orgullo, informaba:

“Es la Comisión de Alcaldes de Magallanes la única municipalidad de la República a la cual un Banco serio i cuidadoso de los intereses de sus accionistas, como el Tarapacá i Arjentino Ldo., facilita más de medio millón de pesos bajo la sola palabra de las personas que constituyen la Comisión, sin exigir hipoteca sobre bienes raíces, para emprender una gran obra pública”.

Por otra parte, el 30 de septiembre de 1907, la Comisión de Alcaldes acordó levantar las bases en un llamado público para construir un Matadero en Punta Arenas. El 21 de octubre, Juan Hoeneisen, Ángel Calamara y Antonio Kusanovic entregaron una propuesta, que incluía una cláusula en que señalaba, que luego de 15 años de explotación, el Matadero pasaría a ser propiedad de la Comisión de Alcaldes. La iniciativa fue aceptada por los ediles, estipulada en un contrato el 24 de febrero de 1908 y  aprobada por el Gobierno del presidente Pedro Montt, el 8 de abril de ese año.

El Matadero, el cual se levantó en el sector norte de la ciudad, (actual calle Piloto Pardo) comenzó a funcionar el 15 de julio de 1909. Tres años bastaron, para que el 19 de agosto de 1912, en la administración del gobernador Fernando Chaigneau, la Comisión de Alcaldes de ese momento, conformada por Rodolfo Stubenrauch, Ernesto Manns, y Francisco Bermúdez, cancelaran a los concesionarios 230 mil pesos para adquirir finalmente, el Matadero.

Imagen de 1918 del edificio ubicado en Bories, esquina Colón, donde se ubicaron los distintos servicios municipales, luego que la Comisión de Alcaldes comprara esta propiedad en septiembre de 1915.

La Municipalidad de Punta Arenas fue pionera en Chile en establecer un Laboratorio Químico, porque, si bien, la reglamentación del Código Sanitario que exigía el funcionamiento de este servicio entró a regir en el país en 1918, en nuestra ciudad funcionaba una unidad de este tipo ya en 1906. Domingo Larraín fue uno de sus primeros directores. En 1917 asumió el cargo Marco Davison Bascur, quien sería posteriormente, un destacado regidor y dirigente social de la comuna.

En sus primeros quince años de existencia la Municipalidad de Punta Arenas creó la mayoría de las leyes, ordenanzas, decretos, reglamentos y acuerdos que tuvieron vigencia, por lo menos hasta septiembre de 1973, entre éstas, el Reglamento sobre Chimeneas (7-XII-1897); de la Prostitución (26-IX-1898); Reglamento para el cobro de multas (19-X-1898); Reglamento sobre barrido y aseo de la ciudad (7-XII-1898); Reglamento sobre permisos para edificar, reedificar, refaccionar (17-V-1899); la Ordenanza de Policía (22-XII-1900); Ordenanza de cantinas (5 y 6 –V-1902); Ordenanza sobre patentes de vehículos (11-VI-1906); Reglamento para el servicio de desagües y para la instalación y servicio de Agua Potable (19-I-1908); Reglamento sobre nuevas poblaciones (2-II-1914).

Al mismo tiempo en que se creaban disposiciones que regulaban la vida en la comuna, se fundaban nuevas oficinas y servicios. La Tesorería Municipal inaugurada en 1898 requería cada vez más personal. A fines de 1924 trabajaban en sus dependencias, un tesorero, un contador, un cajero, un inspector de patentes, un ayudante del contador, un oficial en la sección de impuestos, un oficial de tercer grado de la sección agua y desagües, un ayudante de caja y dos revisadores de medidores.

Mientras tanto, el Juzgado de Policía Local fue estrenado, el 10 de septiembre de 1918. Su función principal consistía en aplicar multas a quienes evadían los reglamentos y las ordenanzas. Poco más de un año más tarde, se creó la Oficina de Patentes con el objeto de clasificar y despachar las diferentes patentes comerciales, industriales y profesionales.

A medida que la Municipalidad crecía y aumentaban las oficinas y nuevos servicios, se hizo absolutamente necesario adquirir un gran inmueble para albergar a sus trabajadores. En septiembre de 1915, el gobernador Fernando Edwards y la Comisión de Alcaldes conformada por Stubenrauch, Manns y Bermúdez, con Alfonso Menéndez y Mateo Paravic como alcaldes suplentes, compró en 170 mil pesos al contado, el edificio propiedad de Juan Draguisevic ubicado en la esquina sur poniente de Bories y Colón. Como asegura el arquitecto Dante Baeriswyl en su libro “Arquitectura en Punta Arenas. Primeras edificaciones en ladrillos 1892-1935”, allí se instalaron la sala de sesiones de la Honorable Junta de Alcaldes, Secretaría, Tesorería, Dirección de Obras, Agua y Desagüe, Laboratorio Químico, Inspección Veterinaria, Oficina de Higiene, Inspección de Escuelas, Inspección de Reglamentos, entre los más importantes.     

Escrito por: Víctor Hernández Godoy. escritor, historiador, columnista.