Nada ha cambiado comunicacionalmente en quienes son los fieles representantes del Gobierno del Presidente, Gabriel Boric, en Magallanes. Hablamos claramente de su Delegación Presidencial, y las propias en las otras tres provincias, en la vocería de Gobierno, y sus reemplazos cuando sale de vacaciones, y en la gran mayoría de las secretarías ministeriales que deben hacer vocerías por temas determinados, pero salvo algunas excepciones, prefieren quedarse en la oficina y no asistir a programas donde les hagan preguntas o les contra pregunten y se arriesguen a quedar en blanco frente al periodismo bien hecho, o que los haga salirse de la pauta establecida para decir puras cosas buenas.
La bandera de lo indefendible y de propagar incluso cuestiones falsas, como el fin del problema de los autos roncadores o el desorden en las noches céntricas de Punta Arenas, ha sido Andro Mimica. Está bien ser agradecido en la vida luego del apoyo que le dio el Gobierno y el propio delegado José Ruiz incluso sabiendo las graves situaciones que planteó en su momento ZonaZero, pero así y todo hay cosas que se ven hasta ridículas en su discurso desgastado y sin ningún conocimiento de las comunicaciones bien encaminadas. Un simple relacionador público, que incluso le pide explicaciones a algunos seremis si se juntan con parlamentarios, alcaldes o el propio gobernador, sin la presencia del delegado presidencial. Una especie de pequeña dictadura mal entendida a través de las comunicaciones también mal entendidas. Más que vocería, es una coordinadora política de lo qué decir y de lo que no. Cuando un periodista no hace periodismo, es difícil saber dónde pararse.
En el caso de José Ruiz, su ritmo cansino para moverse públicamente y para entender las comunicaciones políticas (rol fundamental para cualquier autoridad) ha hecho que hacia afuera se vea que en Magallanes poco y nada pasa. Y la verdad sea dicha, es así. Poco y nada pasa. Con una autoridad que habla poco, que solo asiste a cuestiones protocolares, que no responde él ni su gabinete cuando se le quiere entrevistar, es complejo poder incluso buscar algún salvavidas para entender el pobre rol en términos de gestión de quien representa al Gobierno de Boric en Magallanes. Es más, el solo ejemplo del pago del 4% anunciado y comprometido en variadas ocasiones por esta administración con viaje del ministro de Hacienda incluido se ha vuelto una verdadera vergüenza. Tanto en lo político como en lo comunicacional. Con un discurso por casi un año, y con otro posterior como es hacer un proyecto de Ley para ver si se paga finalmente. Cuando tenían todo listo y lo echaron a la basura sin que nadie sepa el por qué.
Realmente malos y poco activos en la gestión y en la exigencia de respuestas y resultados para su propia tierra. Para su propia región. Pero la verdad es que han demostrado que están más ávidos de defender sus ideologías, su partido político y solamente a sus cercanos. Cuando no se entiende de dónde uno viene y a quiénes hay que defender, no hay comunicación que resulte, ni rostro que salga bien parado.
Lentos, poco claros, como caballos de carreras que solo miran hacia adelante sin fijarse y darle importancia a lo que va sucediendo al rededor. Porque los caballos pueden distraerse fácilmente con los sonidos «perturbadores» que los rodean. La persiana de media cubierta de ojo de caballo se usa para mantener el enfoque intacto y ayuda a reducir la visión periférica, manteniendo su enfoque pegado a la pista y las órdenes del jinete… O del nivel central si usted prefiere. Una simple analogía.
Sin un gobernador regional, como Jorge Flies, que los apañe públicamente. Y sabiendo él que el ser candidato de todo el sector también los incluye, la verdad es que las elecciones se vienen complejas para la centro izquierda. Pero en realidad para los partidos políticos. Obtener el 40% para su reelección se ve cada día un poquito más lejos, y la segunda vuelta en la elección a gobernador toma fuerza.
Seguramente el voto obligatorio les mostrará la verdad, y ojalá los despierte de este letargo absoluto, que defrauda y pone en claro la falta de liderazgos y personas que entiendan la comunicación política. No solo la militancia, no el defender lo indefendible, no el buscar culpables de malas gestiones cuando la mala gestión ha seguido porque hay muchas y muchos que siguen en sus puestos desde el comienzo de este Gobierno.
Sin una candidata al municipio de Punta Arenas que sea fuerte ni querida entre sus propios pares de partidos políticos, sin manejo interno y poco conocimiento también político y comunicacional, tampoco es una vocera de quienes supuestamente la apoyan. Ni quiere serlo, para cuidar el discurso de la independencia. Además de tener un bajísimo conocimiento del electorado hacia su persona, poca opción es sujetarse de sus austeros poco más de dos mil votos en la primaria municipal. Pensando que votarán cerca de 90 mil personas en la comuna da hasta un poco de resquemor el imaginarse un resultado frente a un Radonich más que conocido y con un arrastre popular significativo.
La verdad es que pocos, muy pocos son los que salen a defender a un Gobierno que se mira el ombligo, y que a nivel local poco ha demostrado. A esta altura, a Mimica solo lo sigue apoyando José Ruiz, que cuenta con el apoyo del nivel central. Pero ¿por cuánto tiempo más? Esa es la pregunta que habrá que hacerse. Aunque lo más probable es que cualquier cambio, si es que les entra aire a las oficinas donde se encierran, será hasta después de unas elecciones que representarán el sentir de la gente.