Pablo Cifuentes fue uno de los candidatos que representó a la lista de la Coordinadora Social en las pasadas elecciones, obteniendo 2.185 sufragios, el segundo más votado. Admite que fue su primera incursión en espacios formales de participación política y que «responde principalmente a la necesidad de asumir roles activos y responsabilidades frente a los procesos de transformación social, de los que siempre me he sentido parte, pero he tratado de canalizar por medio de otros canales, como la educación, la literatura u organizaciones de trabajo voluntario».
Asumió la voz de muchas personas con quienes ha trabajado y que según señala comparte sueños colectivos. Eso lo llevó a ser parte de RAPROMAG y, posteriormente, de la Coordinadora Social de Magallanes.
-Para muchos fue una sorpresa los resultados de la lista de la Coordinadora Social en la pasada mega elección, lo fue también para ustedes?
Frente a una elección popular, si bien se puede hacer estimaciones, los resultados siempre son inciertos y creo que se debe estar preparado para las sorpresas. Sin embargo desde la Coordinadora, a pesar de la constante invisibilización de las encuestas y los medios tradicionales de comunicación, siempre sentimos que en esta elección en particular había una marcada tendencia en la población hacia la búsqueda de una alternativa a la política partidista tradicional y la Coordinadora supo hacer esa lectura y ofrecer la alternativa. Eso nos daba bastante esperanza, pues durante la campaña fuimos sintiendo el respaldo y la confianza de mucha gente frente a este proyecto de puertas abiertas, que se hizo con la única voluntad de llevar el trabajo comunitario y territorial a la convención.
-Cuáles son los temas que considera fundamentales y que no pueden quedar fuera de la discusión en la Convención Constituyente?
Creo que a lo que estamos apostando es a revertir un modelo de sociedad que fue pensado a la medida de algunos y trajo consecuencias nefastas para una mayoría que terminó tomándose las calles con una clara consigna: “nos negamos a seguir resistiendo la precarización de la vida”. Por eso cuando pensamos en el proceso constituyente, creo que el acento tiene que ponerse en cómo generamos condiciones de base que permitan darle respuesta a la profunda crisis que vivimos y para eso no basta un maquillaje superficial. Tendremos que preguntarnos, por ejemplo, qué rol asume el Estado en garantizar derechos fundamentales como la educación, la salud, la vivienda; más allá de permitir el acceso y luego dejarlo en manos de privados. Hay cosas en la estructura social que no pueden quedar a merced del mercado. Otra cosa importante es cómo garantizamos un modelo de democracia que sea realmente participativo. Creo que es fundamental generar mecanismos que permitan descentralizar el poder, pues hoy en día las decisiones se toman desde ciertas cúpulas con un profundo carácter centralista, elitista y patriarcal. Abrir la participación significa escuchar voces que han sido históricamente silenciadas y considerar sus realidades. Nadie debería tomar decisiones arbitrarias frente a un país que no conoce. Finalmente creo que la nueva constitución debe hacerse cargo de las demandas históricas que se han instalado en la agenda política después de muchos años de alzar la voz y encontrarse con el constante rechazo. Hoy no se pueden seguir postergando: protección del medio ambiente, reconocimiento y autonomía de los pueblos originarios, enfoque feminista. A mi entender aspectos como estos deben estar presentes de manera transversal en la nueva constitución, impregnando de manera profunda todos los aspectos de la vida.
-Qué opinión tiene de las personas que minimizan, critican y no ven con buenos ojos el proceso por una nueva carta fundamental? Qué le diría a esas personas?
Creo que es una opinión que surge desde una legítima desconfianza. La historia de nuestro país está llena de momentos en que las esperanzas de la ciudadanía se convirtieron en sueños truncos, por lo que es natural que muchas personas teman que esto sea una nueva decepción, sobre todo habiendo tanta resistencia por parte de la institucionalidad y deseos de conducir el proceso en beneficio de los mismos de siempre. Probablemente no existe persona alguna que pueda asegurar el éxito total de este proceso, pero sí hay dos cosas que son clave: 1.- Lo que tenemos actualmente es insostenible y la única manera de terminar con ello es haciendo algo nuevo. 2.- Por primera vez en la historia de nuestro país se están generando condiciones participativas y democráticas que permitan tener una representación mucho más cercana al Chile real. Creo que independientemente de lo que ocurra finalmente en la construcción de esta nueva constitución, el proceso de transformación ya comenzó y no hay marcha atrás, pues tenemos una fuerza ciudadana importante que ha comprendido que no da lo mismo; que ha comprendido que no podemos ser indiferentes a las cosas que pasan a nuestro alrededor ni a las maneras en que se conducen nuestras vidas. Una fuerza ciudadana cada vez más informada, vigilante y con ganas de participar. Hoy, quienes tengan la responsabilidad de llevar adelante este proyecto colectivo de país, no podrán hacerlo a la vieja usanza. Eso ya no va.
-Si hay algo que quedó más que claro en los últimos meses es la ferviente necesidad de mayor participación ciudadana. La Coordinadora en cierto modo lo logró, pero cómo se mantiene eso en el tiempo?
Desde la Coordinadora hemos entendido desde el comienzo que la participación ciudadana es la clave para avanzar, pues nos permite tomar decisiones informdas, sin suponer ni caricaturizar las realidades. Cuando se trabaja en contacto con las comunidades, las organizaciones y los territorios, se invierte la lógica de tratar de convencer a la gente para que crea en mi proyecto, pues ahora son parte del proyecto. En ese sentido, entendemos perfectamente que esta manera de trabajar no puede solo funcionar en tiempos de elecciones, sino que hemos asumido el compromiso de hacer una forma de política participativa. Para eso estamos trabajando en implementar un sistema de parlamentos populares periódicos, contacto con organizaciones territoriales, sistemas de consulta ciudadana y, en definitiva, fortalecer el andamiaje que nos permita mantener el flujo de información bidireccional entre la ciudadanía y la convención constitucional.
-Cree que de un tiempo a esta parte hay miradas distintas de cómo se quiere vivir en esta sociedad? Puntos de vista que eran invisibilizados hasta hace poco?
Creo que siempre han existido esas miradas. Anteriormente me he referido a Chile como una maqueta de democracia y es justamente porque si bien se habla mucho de diversidad y pluralismo, a la hora de tomar decisiones son siempre los mismos intereses los que se ven representados, los que provienen de un sector históricamante privilegiado y al cual todos los demás sectores deben subordinarse en obediencia y uniformidad. La gran transformación que ocurre hoy es que esa multiplicidad de voces dejó de sentirse minoría y están peleando por exigir su justo lugar en la sociedad.
-Qué se ha conversado en la Coordinadora respecto de lo que viene en noviembre? O solamente están con las energías puestas en la Convención?
Por lo pronto como Coordinadora hemos resuelto enfocarnos en brindar al proceso constituyente los mecanismos de participación ciudadana necesarios para promover un flujo de información eficaz desde y hacia la Convención. Ese fue el compromiso asumido durante la campaña y lo entendemos como una responsabilidad de la que tenemos que hacernos cargo. La Coordinadora Social de Magallanes desde su génesis fue pensada como una instancia que permita llevar los anhelos y demandas que surgen desde la ciudadanía hacia la construcción de una nueva constitución, por lo que desviar esfuerzos y voluntades a otros procesos eleccionarios, al menos en este momento, no sería responsable.
-La votación individual que sacó en la pasada elección fue importante, puede ser un punto de partida para pensar en presentarse a algún cargo de elección popular?
Sin duda la votación obtenida en las elecciones de constituyentes fue importante, recordando que la consulta ciudadana que me instaló como candidato de la lista arrojó poco más de trescientos votos, los que se convirtieron en más de dos mil para la votación de mayo. Sin embargo creo que es importante reconocer que esa votación responde principalmente a la confianza depositada en el trabajo realizado y los esfuerzos colectivos. Si bien no descarto en el futuro poder emprender nuevos desafíos como el anterior, por ahora creo que la mejor forma de honrar esa confianza es seguir trabajando por el reconocimiento de la educación como eje fundamental para la transformación social, en contacto con las problemáticas territoriales y ayudando a dar espacio a las voces que necesitan ser escuchadas. Ya habrá tiempo para otras lides.