La nueva alcaldesa Antonieta Oyarzo se encontró con que más de 600 luminarias no funcionan. Los edificios municipales están descuidados desde hace años. Areas claves, como Maestranza, no poseen equipos ni presupuesto necesario. Sobreocupación en las oficinas de la Cormutat lo que derivó en una autodenuncia.
Hacinamiento en oficinas públicas, ductos de agua tapados, ascensores sin mantenimiento, filtraciones de importantes dimensiones, un 20% de las luminarias quemadas, atención deficitaria de pacientes de riesgo, instituciones del adulto mayor abandonadas a su suerte, una intrincada red de contratos que llevará años desenredar, dobles funciones y dobles acuerdos. Desidia.
El legado de Fernando Paredes o el verdadero legado está saliendo a la superficie en la medida en que la alcaldesa Antonieta Oyarzo y su equipo comienzan a indagar metódicamente los laberintos municipales construidos por el cuestionado ex alcalde de la UDI.
Fuentes internas revelaron a Zona Zero numerosas faltas administrativas reñidas, si no con la ley con la ética profesional, que se convirtieron en norma durante su mandato.
El sábado 3 de julio el ascensor de la torre principal del municipio sufrió un desperfecto dejando atrapados a dos funcionarios que fueron evacuados a los pocos minutos. El ascensor había sido inspeccionado a fines de junio de este año y por esto se encontraba operativo. Sin embargo, el temporal de lluvia y viento hizo ingresar agua al mecanismo lo que terminó coartando su funcionamiento normal.
“El edificio municipal hace años que no tiene un mantenimiento como es debido”, indicó una voz del municipio a este diario. El agua del temporal comenzó a correr por las paredes del edificio y las que rodean al ascensor, indicó la misma fuente.
Esta falta de mantenimiento no se limita a las torres municipales, también se proyecta a otros ámbitos. Los trabajos de análisis hechos por el equipo de Oyarzo han encontrado una preocupante falta de equipos entre el personal de maestranza, un área esencial en el cuidado de la ciudad.
En otra palabras, resulta una paradoja que el sector que debe resolver los desperfectos técnicos o estructurales no tiene las herramientas ni los equipos para llevarlos a cabo.
En distintas oficinas se escuchan denuncian increíbles. Como las que indican que algunos empleados del municipio debieron resignarse a pagar de su bolsillo el combustible de los vehículos oficiales o a comprar productos de higiene para realizar la limpieza de las dependencias.
Puerto Natales padece estas ausencias en puntos claves de su cartografía. Luminarias quemadas que deben ser repuestas, ductos y canales de agua tapados por tierra o piedras, barrios enteros con problemas de desagüe (a pesar de que en algunos, como el Piloto Pardo, se hicieron millonarias obras que nunca cumplieron su cometido), conservación de calles y veredas, son un reflejo de los bajos niveles de prevención durante 12 años.
Se estima que unas 640 focos de Puerto Natales no están operando de un total de 3200 con valores que van de los 80 mil a los 1,8 millones. La alcaldesa dio órdenes inmediatas para que comiencen los trabajos de reparación. Algunas plazas emblemáticas se encuentran completamente a oscuras, se detalló.
Por otro lado, en el edificio de la Cormunat, la nueva conducción a cargo de Ximena Velázquez Díaz, se encontró con un grupo de profesionales hacinados sin el espacio necesario para trabajar.
El diagnóstico llevó a que desde el municipio se realizara una “auto denuncia” ante el Seremi de Salud para que quede constancia del estado en que hallan los empleados del área y el edificio.
“No es posible que la gente trabaje de ese modo, pegados, sin espacio, es puro hacinamiento, una falta de respeto hacia las personas”, indicó una fuente a Zona Zero.
Un alto funcionario reconoció que hace largo tiempo las «soluciones» que implementó la pasada administración eran de carácter «superficial» y no atendían al fondo de los requerimientos de la comuna.