El presidente Carlos Ibáñez del Campo se encontró con una serie de sorpresas cuando llegó a Magallanes. Venía con el firme propósito de inaugurar la pista principal del Aeropuerto de Chabunco, ubicado a 21 kilómetros al norte de Punta Arenas, gigantesca obra de infraestructura de la época, que terminaría convirtiéndose en el ícono de una etapa de bienestar material para la Provincia, que se asocia indisolublemente, con la figura de Ibáñez del Campo.
Para demostrar la confianza que depositaba en la Aviación, el Presidente de la República vino al austro en un avión Douglas DC-6. Ibáñez fue el primer mandatario en llegar por vía aérea a Magallanes. Ello no fue casualidad. El itinerario contemplaba dar a conocer el inicio de las obras en el futuro aeródromo de Puerto Luisa, lo que implicaba modificar el nombre primitivo del enclave ubicado en isla Navarino, lo que se concretó el 22 de agosto de 1956. Desde esa fecha, aquella localidad se llama Puerto Williams, en honor al comandante de la goleta “Ancud” John Williams Wilson, que como sabemos, tomó posesión, a nombre del gobierno del presidente Manuel Bulnes, el 21 de septiembre de 1843, del Estrecho de Magallanes, lo que significó en la práctica, incorporar al país, los gigantescos e inexplorados territorios de la Patagonia occidental.
Ibáñez contó en esos años con la colaboración permanente de antiguos militantes del Partido Regionalista y de independientes que vieron en el “General de la Esperanza” la solución de muchos de los problemas que aquejaban a los magallánicos. Entre ellos se hallaban los vecinos Emilio Salles Thurler, Natalio Brzovic Radonic y Cecil Rasmussen Bishop, valiosos políticos que provenían desde la esfera municipal.
A ellos se sumaba la participación de líderes y militantes del Partido Agrario Laborista y el Socialista Popular, éste último con miles de adherentes en la región y que tenía además, a uno de los suyos en el Congreso Nacional: el antiguo dirigente de la construcción, famoso por un slogan de campaña que todavía se recuerda entre antiguos residentes de la zona, “Del andamio al Parlamento”, el diputado Alfredo Hernández Barrientos.
Cecil Rasmussen fue Alcalde e Intendente y uno de los hombres más cercanos al presidente Ibáñez, quien regresó a la región en el verano de 1957 para inaugurar la obra anunciada el año anterior: el aeródromo “Guardiamarina Zañartu” en la localidad de Puerto Williams y supervisar el avance en la canalización del Río de las Minas, en Punta Arenas.
En este ambiente de evidente progreso material se produjo la elección presidencial del 4 de septiembre de 1958, que significó el triunfo de Jorge Alessandri Rodríguez, respaldado por los partidos de la Derecha, Conservador y Liberal y sectores independientes.
En Magallanes, en lo que sería una tónica en los próximos cincuenta años, venció la izquierda representada por Salvador Allende Gossens, que obtuvo un impresionante respaldo reflejado en un 55.13% de los votos, contra el 17.98% y el 17.58% de Eduardo Frei Montalva y Luis Bossay Leiva. En nuestra provincia, Alessandri logró un opaco cuarto lugar, con apenas el 8.36% de los sufragios.
Bajo un prisma netamente político, es comprensible la despreocupación de la administración de Jorge Alessandri en relación a Magallanes. De hecho, un problema que pareció insoluble resolver, fue la nominación de un Intendente que encabezara el gobierno provincial. Después de varias tratativas fue designado Guillermo Araos Salinas, un vicealmirante (R) que incluso fue ministro del Interior de Carlos Ibáñez.
El desempeño de la nueva autoridad fue de dulce y de agraz. A principios de mayo de 1961, Araos en compañía de autoridades académicas, inauguraba los cursos técnico-universitarios de la Universidad Técnica del Estado en Magallanes, antiguo proyecto nacido en el seno de la Municipalidad de Punta Arenas, debido a la preocupación del regidor y ex Alcalde Jorge Cvitanic Simunovic.
Sin embargo, el gobierno de Alessandri se vio afectado dramáticamente por los efectos devastadores del gigantesco terremoto-maremoto del 22 de mayo de 1960, que destruyó buena parte del sur del país. Por ese motivo, Alessandri decidió en primera instancia terminar con el Puerto Libre que favorecía a Magallanes, lo que originó la más grande movilización de organizaciones gremiales, sindicales y sociales que se tenga recuerdo en el austro, la cual se llevó a efecto los primeros días de enero de 1962 y que provocó a la postre, la remoción de Araos Salinas.
El gobierno de Alessandri nombró entonces al contralmirante (R) Raúl Carmona Román, como nuevo Intendente de la Provincia, quien poco pudo hacer en los casi dos años de administración en que estuvo al frente del gobierno en Magallanes. Se le recuerda por impulsar la realización de la industria Molinera, planta que alcanzó a entregar para su funcionamiento, en los últimos días de su mandato. Se aproximaban las elecciones presidenciales de 1964 y con ello se produciría la aparición de un joven abogado de 33 años, que para bien o para mal, cambiaría para siempre la vida política y administrativa de Magallanes.