Casi inadvertida -y romantizada la tragedia como acostumbran a hacer muchos medios de comunicación-, nos enteramos hace días de la muerte de un adulto mayor a los 72 años que trabajaba de lunes a lunes y murió dentro de una caseta de madera más encima construida por él mismo. Esto que algunos tildan de esfuerzo, superación y no “vivir reclamando siempre”, es una tragedia que desnuda la crueldad de un sistema inmisericorde que no brinda las mínimas condiciones de vida para miles de compatriotas. No digo que por voluntad propia usted decida seguir trabajando hasta dicha edad, pero no pues, pongámonos serios y analicemos el hecho: una muerte por precariedad, por carencia, una muerte impuesta por la miseria y ceguera de tantos, no tiene nada de romántico ni de esfuerzo ni menos de superación…Alguien publicaba que “una persona de “esfuerzo” aunque carezca de privilegios, se esmera para mejorar su condición por trabajo propio y no anda “chillando” ni culpando a los demás de sus problemas”…Lo que en realidad subyace en un comentario como éste es la escasa empatía, la aceptación irracional del concepto de “esfuerzo” que no es otra cosa que esclavitud, y la complacencia y aceptación de condiciones indignas que, por tener a lo mejor algunos “privilegios”, cree que todos los que no son como ellos, los que no se “superaron” son simple y llanamente unos flojos de porquería que quieren todo gratis y viven “chillando” sus desgracias y culpando a los demás. Sería bueno que aquellos que compartieron semejante aberración vayan a conversar con los familiares de este hombre y que traten de justificar el por qué de su muerte indigna y miserable; vayan a hablarle a su familia de posibilidades, de abnegación, de trabajo duro, de no rendirse; me gustaría que vayan y traten de explicar por qué un ser humano de esta edad estaba obligado a trabajar y más encima en esas condiciones; que vayan y le expliquen por qué murió en una caseta que él mismo se construyó; que le expliquen por qué no tenía descanso y trabajaba todos los #$%&? días de la semana, del mes entero…Hay un sector de nuestra población que se tragó por completo el discurso del mérito, del sacrificio, del esfuerzo personal y que no logra entender que nuestra sociedad está construida por bases de explotación y miseria, que existen miles de compatriotas que por más mérito y esfuerzo están condenados a la pobreza y a morir indignamente, hay muchos que insisten con la estupidez de que la gente “es pobre porque quiere” cosa que desnuda su poca solidaridad con los demás y que dentro de su ceguera ideológica o por defender ideas políticas, sigue justificando niveles de vida que rayan en la simple esclavitud…¿Cómo alguien va a ser pobre porque quiere? ¿No logran dimensionar la crueldad de un sueldo mínimo nacional que es una vergüenza internacional? ¿No logran entender que el mérito es una cuestión de clase, que solo algunos pocos “triunfan” y los otros por oportunidades que nunca se le dan, están condenados a mala educación, a precariedad en sus pensiones y por la apatía de Estado de Chile vive a niveles de miseria? ¿Cuesta tanto entender esto?…Murió un anciano, (todos lo haremos), pero no así, no develando tan cruel condición de vida, no develando tanta explotación ni injusticia social. Ese compatriota debió estar descansando, disfrutando de una buena jubilación (no en nuestro país, obvio), debió estar protegido por un buen sistema de salud, por una buena vivienda, por un sistema de seguridad social que no permitiese que muera en esas condiciones, debió estar acompañado y protegido por nuestro país, pero no fue así…Ya basta de romantizar la pobreza, la desigualdad, el abandono, la explotación. No tiene nada de esfuerzo morir así, nada…Es una vergüenza para todos, para todos…En un país decente, esto nunca, pero nunca debiese suceder. Sigámonos cuidando del bicho del Covid, pero más de los bichos insensibles y miserables que encuentran natural y justifican una muerte de estas características…eso sí que es ser mal bicho…