“En el Aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo se detectó a un viajero, positivo a coronavirus, proveniente de la ciudad de Santiago, quien viajaba junto a tres personas”.
La declaración de la autoridad sanitaria en medio del reporte diario confirmó la temida noticia: un nuevo caso de Covid había arribado proveniente de Santiago.
“Detectada esta situación se activó el protocolo quedando momentáneamente estas personas en una sala de aislamiento, para posteriormente ser derivados hasta una residencia sanitaria, iniciando su cuarentena tanto el caso positivo, como los contactos estrechos”, prosiguió su informe.
No ha habido nuevas declaraciones desde Salud, por lo que persisten las interrogantes del caso, toda vez que para entrar a Magallanes se mantiene la exigencia de contar con un test PCR, con menos de 72 horas, y un test de antígeno con menos de 48 horas.
Y quienes están molestos son los pasajeros que compartieron el vuelo con la persona contagiada, ya que al menos 24 pasajeros, que viajaron en las filas anteriores y posteriores del contagiado, deberán permanecer en cuarentena preventiva durante los próximos días. Todo por culpa de la grave transgresión al protocolo sanitario.
La línea aérea tampoco ha informado si alguien de la tripulación deberá también guardar cuarentena, o si los sobrecargo que atendieron al contagiado siguieron desarrollando sus funciones habituales, en vuelo o aeropuerto.
Los pasajeros del vuelo están indignados, ya que se enteraron literalmente por la prensa de la situación, por lo que llamaron directamente a la aerolínea y salud para enterarse de las medidas de contención.
“Nos indicaron que solo hacen cuarentena los pasajeros que van dos filas hacia delante y dos filas hacia atrás”, comentó una pasajera a ZonaZero.
Además, agrega que también el Servicio de Salud dispuso cuarentena para los todos los niños que abordaron el avión, algo de lo que se hubiesen informado de no ser denunciado el caso en medios de comunicación. Esta medida debería ser revertida de confirmarse que los niños estuvieron a cierta distancia del contagiado y sus acompañantes.
La molestia también es grande en los padres de una delegación deportiva de menores, ya que respetaron todas las medidas e incluso se autoimpusieron protocolos de burbuja durante la estadía de los jóvenes deportistas en la zona central del país.
Además, hay fuertes sospechas de que, tanto el contagiado como quienes están encargados de chequear la condición epidemiológica de los pasajeros, sabían de que la persona había dado positivo a coronavirus.