Un joven arremete contra José Antonio Kast quien, frustrado su lanzamiento de campaña en Puerto Natales, huye hacia un vehículo. Arremete, cual Groucho Mark de la Patagonia, con un huevo aparentemente cocido.
Es probable que antes de salir para el acto de Kast se lo haya robado a su madre de una canastita.
El huevo encuentra obstáculos, más o menos llega a destino y se esparce por el aire. La figura azul de Kast se entrevera con el amarillo del huevo que dibuja una pincelada que dura menos de un segundo.
Dos carabineros de civil atrapan al atacante del huevo. Uno de ellos le hace una llave por completo ilegal en el cuello (existen protocolos para esto) y otro le toma las manos. De pronto arriban dos más y van por sus piernas y comienzan a agredirlo.
La intervención de un periodista impidió que la golpiza fuera mayor.
El público presente en el acto de Kast en Puerto Natales quedó dividido entre tres partes similares: seguidores, opositores y policías de civil y uniforme. 30 por sector, más o menos.
Un candidato que necesita ese número de guardaespaldas sabe que su discurso no ha sido precisamente considerado “pacífico” por una parte de la sociedad.
Es entendible que a Kast Puerto Natales le quede lejos. Y por eso, se explica que ignorara que la derecha, después de 12 años de gobierno local, había perdido en las últimas elecciones.
La generación que se hizo presente en su acto no sólo es joven sino inconformista. Y está molesta. En un mismo combo defienden el medioambiente, el aborto y la legalización de las drogas. Tópicos que el candidato de la derecha no atiende con alegría. Por usar un eufemismo.
¿Se esperaba Kast este recibimiento? Por la cantidad de carabineros involucrados, podría presuponerse que sí.
¿Pero con ánimos tan exaltados? Quizás no.
¿Sabía que un nuevo proceso y una nueva generación se han politizado fuertemente en Puerto Natales? No, todo indica que no.
Los simbolismos hablan de un modo gris de Kast.
Gente medio disfrazada de militar, numerosos vigilantes, violencia institucional (que no es nada simbólica), son elementos que transpira el candidato de la derecha.