La fotógrafa Natsumi Hayashi podría alegar que lo suyo no es volar sino caer con estilo. Aunque en sus fotografías todo indica que levita. Si, levita, permanece en el aire como congelada, como sostenida por una fuerza invisible.
Su trabajo es una suerte de truco de magia confeso y explícito. Hay un truco, está claro cómo lo hace, pero lo que sigue importando es el hermoso resultado.
Desde hace más de una década Hayashi, oriunda del sur de Japón, no ha parado de tomarse fotografías en las que se la observa “levitando”.
Para lograr el efecto adecuado, Hayashi, una perfeccionista, cuenta que ha llegado a repetir 300 ocasiones un salto.
Sus esfuerzos han sido bien coronados. A lo largo del tiempo sigue sorprendiendo a sus fanáticos con escenas insólitas y al mismo tiempo hermosas en su concepción.
En uno de esos típicos, modernos y siempre puntuales trenes japoneses Hayashi permanece relajada en su asiento mirando hacia la ventana con una sonrisa tenue en los labios. Un momento, no, corrección, está sentada pero en el aire. Sí, en el aire. Está, ¡oh, Dios mío!
Hayashi comenzó a llamar la atención de la comunidad artística internacional allá por 2012 con su sorprendente trabajo fotográfico a lo largo del cual se la observa en posiciones volátiles y ligeras como una versión nipona de Peter Pan.
Natsumi cuenta que en una ocasión unos trabajadores que pasaron cerca de ella estuvieron a punto de llamar a la policía a verla saltar tantas veces. Supusieron que estaba loca. Finalmente ella les dijo que estaba haciendo una fotografía para su boda.
Aquí su blog con fotografías suyas levitando y otras mucho más terrenales.