“The Preacher” es una serie donde hay un sacerdote, un puñado de gente buena, otro puñado de gente mala y un montón de gente mala, pero que al final podría ser más o menos buena.
Como es de suponer, con toda esa troupe dando vueltas, la moral y las costumbres son lo de menos en el guión. Es una maravilla que así sea para los espectadores que podrán disfrutar de una historia divertida y bien producida. Alabado sea el señor.
La serie llegó a AMC (hoy se encuentra en Amazon Prime Video) de la mano de Evan Goldberg, Seth Rogen (si, ese Seth Rogen, el de “Pineapple Express”) y Sam Catlin, basada en el comic creado por el guionista Garth Ennis y el dibujante Steve Dillon.
Hechas las presentaciones de rigor, “The Preacher”, tiene momentos gloriosos y debe considerarse material de culto para los insomnes de siempre.
El protagónico es de Dominic Cooper, acompañado por Joe Gilgun y Ruth Negga, todos muy sólidos, muy lindo, muy cooles.
El argumento tiene densidad y fondo. Es grueso como un diccionario chino.
El predicador Jesse Custer es poseído, o algo por el estilo, por Génesis el más poderoso engendro del universo espiritual producto de un amor furtivo entre un ángel y un demonio. Después de probar en algunos cuerpos y explotarlos, Génesis encuentra en Jesse un amigo fiel.
En este contexto desde ya enrarecido aparecen Proinsias Cassidy, un vampiro drogadicto, y Tulip, una bandida y ex novia de Jesse.
También cruzan la pantalla el Infierno, dos ángeles, Adolf Hitler (en el Infierno), un alcalde, un empresario desquiciado y ambicioso, en fin, gente del pueblo.
Hay momentos de extrema violencia, pasiones desbordadas y un argumento que atrapa.
Quédense tranquilos, no se registra ninguna moralina en los capítulos ni golpes bajos a la ética de los amantes del cómic. Las cosas como son y son bien guarras.
En Amazon Prime están las 4 temporadas.