La primera autoridad comunal, Claudio Radonich, ha dicho que no se acordó que tenía acciones en La Polar. Y la verdad es que no es el único negocio del retail donde ha comprado valores accionarios. No es primera vez tampoco que se la ha criticado su relación con el mundo privado y su función pública. Pero él es firme al decir que todo lo que hace es sin mala intención, y que hay otros que «tienen tejado de vidrio».
Lo cierto es que su «olvido» ha generado un enredo de proporciones, e incluso arriesga a enturbiar su carrera política dependiendo de la respuesta de la Contraloría General de la República, la investigación que pedirían los concejales denunciantes al Ministerio Público, y la supuesta presentación al Tribunal Electoral por supuesto notable abandono de deberes.
Pero el alcalde no puede culpar al resto de su impericia en este caso. El error es más grande lo que se piensa. Se reunió bajo la Ley del Lobby con representantes de La Polar, él mismo «bajó» el proyecto para arrendar el edificio a la Comisión de Infraestructura, participó de la sesión de Consejo donde puso en tabla el tema en cuestión, y más encima votó a facvor del arrendamiento.
¿Se puede entender que a un mes de haber presentado su declaración de patrimonio, ni él ni ninguno de sus asesores se dieron cuenta de lo que estaban haciendo? Dejando en claro además, que jamás estuvo en la cabeza de nadie arrendar el edificio de Colón con Bories (y tampoco tenía un cartel de anuncio de arriendo).
Lo que quiso hacer Radonich la mañana de este lunes fue retrotraer su garrafal error, con el apoyo de sus leales concejales Alicia Stipicic, Germán Flores y Francisco León, para no seguir corriendo riesgos y salirse de todo tipo de responsabilidad. Pero los concejales denunciantes no estuvieron disponibles, ya que señalan que la decisión del arrendamiento es un tema que «ya fue resuelto». Así las cosas el contrato se debe firmar, no por Radonich, si no que por su administrador municipal, Luis Antonio González, ó por la subrogante Elena Blackburn.
¿Lo harán? Debieran hacerlo.
Ya que así quedó estipulado en la votación de la semana pasada. Pero eso le traerá una serie de complicaciones a Radonich, a la espera de lo que señale Contraloría.
Descuido, mala memoria, o un simple desdén respecto de lo que puede pensar la gente que apoya «a brazo partido» al alcalde de Punta Arenas. En estos casos, como en muchos otros, no basta con pedir perdón y dar vuelta la página. No basta con decir que tan solo son $19.021 los que tiene en acciones. Es el hecho, el la falta grave que la normativa prohíbe aunque sea $10 pesos o $20 millones. Da lo mismo la cantidad, es lo que se puede y no se puede hacer.
Los tiempos son otros, y son este tipo de cosas las que ya no se pueden seguir minimizando. De algunos medios ni hablar. El bajarle el perfil, tratando de ridiculizar una denuncia de estas características, es sencillamente hacerse parte de malas prácticas. De tratar de menospreciar lo que debiera ser más que serio. Por respeto a la gente, y por respeto a la ciudad.