A una semana de las trascendentales elecciones que determinarán quién será el próximo presidente de Chile, el impúdico jolgorio desatado por la ultraderecha para hacerse nuevamente del poder desbordó los límites de la decencia.
Desde la derecha liberal hasta los grupúsculos pinochetistas más recalcitrantes parecen haber sido activados para mentir en cualquiera de las tribunas a las que son frecuentemente invitados.
Sus afiebradas cabezas inventan situaciones como si no hubiera un mañana o una verdad para desmentirlos. Total, ya instalado el infundio, pidiendo perdón se lavan las manos.
Es lo que hemos visto y oído las últimas semanas, el candidato de la continuidad y sus huestes mintiendo descaradamente, con el objetivo de crear post verdades para manipular a la ciudadanía menos informada.
La fórmula es simple y efectiva, postear un rumor en redes sociales y sentarse a esperar que se viralice. La velocidad de propagación del mensaje está determinada por la presencia protagónica de una figura pública y los detalles escabrosos que puedan adornar la historia.
Un amigo me dijo, una frase sacada de contexto, un rumor de pasillo, una foto trucada, son material suficiente para dañar la honra del adversario o paralizarlo.
No se recupera el tiempo que se perdió respondiendo una y otra vez que no existen denuncias de abuso ni acoso sexual; que el padre de la hija de la jefa de campaña no es el hermano del candidato; que la auditoría externa contratada por el Colegio Médico fue ordenada durante la presidencia de la doctora Siches y no después; que Boric apoya a las dictaduras de izquierda; que quiere cambiar los símbolos patrios, etcétera, etcétera.
Podría seguir enumerando las mentiras que se han propalado las últimas semanas, pero creo que eso solo contribuye a seguirles el juego a quienes han hecho del “miente, miente, que algo queda” su motor de vida.
Lo cierto es que están nerviosos, la candidatura de la ultraderecha no levanta, pese al miedo que tratan de infundir y las falsedades con las que pretenden provocar a la gente.
Téngalo presente, esta semana profundizarán la estrategia del miedo, la mentira y los rumores. Así lo hicieron durante los 17 años de dictadura, cuando negaban sistemáticamente las violaciones a los derechos humanos y la miseria en la que tenían sumido a nuestro pueblo.
Las chilenas y chilenos tenemos experiencia al respecto, pero nunca está de más recordar cómo operan los que sienten que se les está escapando el poder de las manos y que los abusos de cualquier tipo son inaceptables en el país que estamos construyendo.
“Los abusos de poder han ido extenuando la virtud de nuestro pueblo”, dice el filósofo Gastón Soublette, a través de un video de apoyo a la candidatura de Gabriel Boric.
Con la sabiduría y lucidez que lo caracterizan, sostiene que la responsabilidad del magallánico es inmensa: “Tiene que devolverle esa virtud perdida a nuestro pueblo (…) Me parece, por el discurso que le escucho y leyendo su programa, que nuestro candidato Gabriel Boric encarna esos valores”.
Y concluye: “No me da la impresión que es un hombre que haya pensado alguna vez hacerse rico, sino servir. Esa es la idea. Yo creo que es un hombre dispuesto a servir, y servir a la nación, no a un grupo de privilegiados”.
Yo también voto 1, sin miedo, sin odio y sin violencia.