Dura derrota para el gobierno de Milei en la provincia de Buenos Aires: ¿Cómo sigue el plan libertario? (Por Claudio Andrade)
Una vez más la Argentina se estremece.
Los resultados de las elecciones del domingo 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires generaron una crisis en todo orden al interior del presidente Javier Milei. Su proyecto inicial, ajuste, baja inflación, dólar controlado por bandas, riesgo país a la baja, comienza a mostrar (más) grietas y el barco hace aguas.
Reconocida la derrota, el mandatario aseguró que no cambiaría el rumbo aunque, qué duda cabe, algunos nombres dejarán de figurar en su gabinete.
La provincia celebró elecciones legislativas para renovar 46 bancas de diputados y 23 de senadores provinciales, además de concejales y consejeros escolares en los 135 municipios. El padrón está compuesto por unos 14 millones de electores. La participación llegó al 63%, que algunos consideraron sorpresivamente alto.
Con el 98.96% de las mesas escrutadas, Fuerza Patria obtuvo una contundente victoria con el 47.28% de los votos, la Libertad Avanza quedó en segundo lugar con el 33.71%.
La sociedad argentina viene soportando una caída constante del ingreso salarial y una actualización de los costos de vida –tarifas de servicios, alimentos, combustibles– que difícilmente puedan prolongarse en el tiempo sin queja.
Para el equipo de Milei, que integran figuras como Luis Caputo, el chileno José Luis Daza y Federico Sturzenegger, la derrota electoral del domingo representa un golpe a sus planes más inmediatos. Implica que una parte significativa de la sociedad les ha retirado -al menos temporalmente – la carta blanca para continuar avanzando.
Buenos Aires luce en sus calles numerosas personas durmiendo a la intemperie, el ánimo social se refleja en los rostros cansados en los subtes y colectivos, lugares públicos donde las conversaciones sobre la “plata” son el centro, el núcleo crítico de la demanda. Desde el grupo que rodea a Milei se escucha ahora la frase “la macroeconomía no llegó a la gente”.
La agresividad de su discurso, que se expande en las redes sociales de los fanáticos, no parece haber ayudado demasiado a Milei en la consideración de los electores en este momento.
En los últimos meses la inflación fue reducida por el gobierno, mientras que los salarios continuaban achicándose con actualizaciones del 1% mensual. El costo de vida, por su parte, creció casi 2% en julio de 2025. Esto prolongado en el tiempo se traduce en una profunda erosión de la calidad de vida. Y en un país que siempre se ha sentido orgulloso de su gran clase media.
El gobierno además suspendió la obra pública porque consideró que se trataba de un reducto donde florecía la corrupción, de modo que el empleo involucrado también desapareció. Entre tanto, 50 mil puestos públicos fueron recortados en lo que va del mandato.
Hace unos días los bancos suspendieron los créditos inmobiliarios que habían reaparecido en 2024. Como consecuencia, comienzan a notarse fuertes aumentos en los alquileres.
El promedio salarial oscila entre el 1 millón y 1.5 millón de pesos y el alquiler en Buenos Aires de un monoambiente (22m2 en promedio) supera los 500 dólares mientras que los departamentos con un dormitorio alcanzan los 700 a 750 dólares.
El Ministerio de Capital Humano estima que la pobreza en el país se ubica en un 31,7%, pero hay miradas críticas sobre este número como las hay sobre la inflación que debería ser superior al 1,9% oficial del mes pasado, según algunos expertos y ciudadanos consultados.
“Difícil que Milei se pueda reponer de esta derrota”, explica a este cronista un especialista en economía argentino. “No le queda margen de maniobra ni tiempo”, agrega.
En la Argentina suelen decir que ante la duda el argentino vuelve a lo que mejor conoce: el peronismo. Así se explica también el triunfo del peronismo en la provincia y con escasas menciones al Kirchnerismo. Porque aunque Cristina Fernández baila en su balcón su cuota de influencia en la sociedad ha bajado, harta de las denuncias por corrupción que rodean a este sector. En verdad, Cristina baila en un departamento donde tiene prisión domiciliaria. No es raro que el gobernador de la provincia, Axel Kicillof, se distancie de ella y sus seguidores.
El frente de mal tiempo no merma para el presidente Milei. Una sociedad agotada, un país caro para los argentinos y extranjeros (lo cual impacta en la llegada del turismo y de las inversiones), inestabilidad institucional que espanta el capital foráneo, y la necesidad urgente de conseguir dólares como sea para hacer frente a las obligaciones que van del 2026 al 2028. Es lo que hay y es lo que se viene.
En ese periodo la Argentina deberán pagar “los vencimientos netos en moneda extranjera, sumando aquellas obligaciones con organismos, bonistas privados y por el Swap, dan un promedio anual de u$s28.000 millones”, señala un artículo de Ambito Financiero. Parece una tarea titánica si se considera que el país exporta bienes y servicios por cerca de US$ 80.000 millones.
Otra visión política que recorre pasillos por estas horas es que este voto “advertencia” o “castigo” no se sostendrá en las próximas elecciones de legislativas de octubre. Tal vez el presidente tome nota y alcance a virar lo suficiente el barco, indican voces especializadas.
